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Parque Nacional Iguazú, un claro ejemplo en materia de preservación del medio ambiente

Las Cataratas del Iguazú, Patrimonio de la Humanidad (UNESCO), declaradas en 2011 como una de las siete maravillas naturales del planeta, se consolidan como destino destacado en el turismo mundial gracias a que el proceso de rediseño del Parque, en constante evolución y mejora, fue llevado a cabo por la Administración de Parques Nacionales (APN), en un trabajo mancomunado junto con el Ministerio de Turismo de la Nación, en los inicios, y todos los actores nacionales y provinciales, públicos y privados, interesados en el desarrollo de Puerto Iguazú, para preservarlo y posicionarlo como un destino de excelencia.

El rediseño del Parque Nacional Iguazú fue concebido para ser accesible para personas con capacidades diferentes, para lo cual se diseñaron rampas de acceso, espacios especialmente asignados para sillas de ruedas en el Tren Ecológico de la Selva, sillas especialmente adaptadas para un sencillo tránsito por las pasarelas rebatibles que conforman la infraestructura del Parque y carros a motor para transportar a personas que requieran desplazarse de ese modo.

Además, cuenta con cartelería indicativa y con menús de restaurantes en sistema braille, así como con una maqueta con el mismo sistema de lectura en el Centro de Interpretación de la Naturaleza, que permite tener una primera aproximación a las dimensiones y características del área.

El 27 de septiembre fue declarado Día Nacional de la Conciencia Ambiental. Parque Nacional Iguazú, que alberga una de las 7 maravillas naturales del planeta, las Cataratas del Iguazú, es un área protegida, ejemplo de políticas concretas de cuidado del medio ambiente, que se aplican estrictamente a efectos de preservarlo para disfrute de las generaciones futuras.

En el mes de agosto de 2018, con presencia de las más altas autoridades en materia de ambiente de la Nación, se puso en funcionamiento la segunda locomotora eléctrica que recorrerá el parque, convirtiéndolo al mismo en pionero ya que cuenta con las únicas dos locomotoras de este tipo en el país destinadas al transporte turístico.

«Esto es una señal y un signo de que el Parque cuida el medio ambiente y se inserta en estándares internacionales de sustentabilidad, es desarrollo sostenible y conservación aumentando la productividad, porque es cuidar la naturaleza pero también es desarrollo y trabajo para la gente», destacó Sergio Bergman.

El Tren Ecológico de la Selva se ha transformado en un símbolo emblemático del Parque Nacional Iguazú, ya que cumple un rol esencial que permite regular el flujo de los visitantes. El objetivo principal de la locomotora eléctrica es la eliminación de la emisión de gases contaminantes y los sistemas de trasmisión, que utilizan lubricantes. Las locomotoras presentan la particularidad de tener un funcionamiento propulsado por medio de baterías recargables, con la misma tecnología que un automóvil eléctrico.

Asimismo y siempre basado en la política medio ambiental de Iguazú Argentina, desde 2012, los efluentes cloacales del mismo se tratan en una estación de lodos activados para el tratamiento de las aguas residuales, y es la primera experiencia de aplicación de esta tecnología en nuestro país.

Es sumamente relevante a esta altura remarcar que gracias al trabajo que a diario se lleva a cabo en Cataratas del Iguazú, en pos de la preservación del medio ambiente, se está marcando firmemente un camino de trabajo conjunto entre el Estado representado por la Administración de Parques Nacionales y los empresarios privados.

A través de la gestión conjunta entre el Estado nacional -en cabeza de la Administración de Parques Nacionales (APN) y empresarios privados representados por la concesionaria Iguazú Argentina-, se constituyó un modelo de trabajo novedoso y único en el país, que garantizó la seguridad, la transparencia y la materialización de las obras comprometidas, y posibilitó que millones de visitantes disfrutaran de este espectáculo natural único, con una visión privilegiada.