El Papa León XIV iniciará sus vacaciones el domingo, luego de dos meses de liderazgo centrado en la tradición y la unidad. Reconstruyendo la institución, ha retomado la mozzetta roja y la estola sobre sus hábitos papales. Su estilo meticuloso y cuidadoso ha generado apoyo dentro de la Curia, logrando una transición suave. A pesar de su cautela, ha reafirmado el celibato de los sacerdotes y el matrimonio como la unión entre hombre y mujer, sin descartar llamamientos a la paz en conflictos como Gaza y Ucrania.
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INICIO DE UNA NUEVA ETAPA
El sumo pontífice, conocido por su prudencia y escucha, se tomará un descanso estival del 6 al 20 de julio en Castel Gandolfo, una antigua residencia campestre de los pontífices. También se espera que, en otoño, se traslade a los aposentos papales del Vaticano tras una profunda renovación. Aunque ha evitado adoptar posturas polémicas, su enfoque unificador parece marcar un cambio tras el papado de su predecesor. Al mismo tiempo, su regreso a los símbolos tradicionales del papado ha sido bien recibido por aquellos que acusaban a Francisco de distorsionar el oficio papal. Sin embargo, su estilo discreto ha generado impresiones duraderas: