Un tanque israelí bombardeó la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza, causando al menos dos muertos y siete heridos. La tragedia pudo haber sido mucho mayor de no ser por la prudente decisión del párroco argentino Gabriel Romanelli de instar a los refugiados a permanecer en sus habitaciones durante el ataque.
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PREVENCIÓN DE TRAGEDIA
La explosión ocurrió cerca de la cruz ubicada en el techo de la iglesia, con esquirlas y escombros cayendo sobre el complejo parroquial. El papel crucial del padre Romanelli en la prevención de una tragedia mayor se remonta a la semana previa al ataque, cuando instó a la gente a permanecer en sus habitaciones debido al peligro en la zona. Esta decisión preventiva, según testimonios, salvó decenas de vidas.
REFUGIO VITAL
La parroquia de la Sagrada Familia se ha convertido en un refugio vital para la comunidad cristiana de Gaza, albergando a cerca de 500 cristianos desplazados. Tras el ataque, las personas refugiadas están aterrorizadas y se han refugiado en sus habitaciones. Cáritas Jerusalén se ha comprometido a mantenerse en contacto con el equipo en Gaza para obtener información actualizada sobre el estado de los heridos, instando a todas las partes a respetar y proteger los lugares de culto y los refugios humanitarios.