Ozzy Osbourne y Black Sabbath se despidieron de los escenarios con un emotivo concierto en su Birmingham natal, rindiendo culto al heavy metal. En una última interpretación de “Paranoid”, su mayor éxito, el mítico rockero inglés de 76 años, afectado por la enfermedad de Parkinson, se despidió junto a los seguidores del metal y sus compañeros de Black Sabbath. El evento contó con la participación de estrellas del género, convirtiendo al estadio Villa Park en una catedral pagana para la ocasión.
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UN HITO HISTÓRICO
Tras 20 años, la formación original de Black Sabbath se reunió para esta despedida, acompañados por bandas emblemáticas como Metallica, Guns N’ Roses, Pantera y músicos como Tom Morello, Steven Tyler y Ron Wood. Miles de seguidores llegados de todo el mundo se unieron al ambiente festivo, agitando la cabeza y acompañando los himnos del metal.
El concierto, con entradas agotadas en 16 minutos, destinó los fondos obtenidos a organizaciones benéficas como Cure Parkinson’s y el Hospital Infantil de Birmingham. Los fans, emocionados, expresaron que esta fue una oportunidad única en la vida, a pesar del sabor agridulce de ser también la despedida.
El legado de Black Sabbath, con más de 75 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, y su influencia como pioneros del heavy metal, se enalteció en este concierto histórico que marcó el fin de una era en la música.