La final del Torneo Intermedio en Uruguay, en la que Peñarol se consagró campeón sobre su clásico rival, Nacional, se vio empañada por la violencia. Una bengala náutica arrojada desde la tribuna del Bolso impactó en la ingle de un agente policial, quien debió ser operado de urgencia y sufrió la extirpación de un testículo, según informaron desde el vecino país.
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El hecho, ocurrido antes del inicio del encuentro, dejó al policía de 47 años bajo cuidados intensivos y con pronóstico reservado. La tensión se apoderó del Centenario cuando una bengala náutica cayó desde la Tribuna Colombes hacia el sector de prensa en la Tribuna América. Tras la intervención quirúrgica en el Hospital Policial de Montevideo, el agente permanece en terapia intensiva. Además, otro policía resultó herido en el brazo por un objeto contundente, aunque fue dado de alta tras ser atendido en el estadio.
La Dirección General de Seguridad en el Deporte, dependiente del Ministerio del Interior, anunció la apertura de una investigación para esclarecer cómo ingresaron las bengalas al estadio y determinar la responsabilidad de los organismos de seguridad. El operativo policial, liderado por Jorge González, terminó con dos agentes heridos y un detenido por alteraciones al orden público.
Las críticas al dispositivo de seguridad se intensificaron tras el reclamo de la Unión de Policías de la Guardia Republicana (Unipolgr), que solicitó el “cese inmediato” de González y de todos los jefes responsables del operativo, calificándolo de fallido. En respuesta, el ministro del Interior, Carlos Negro, defendió el accionar policial y aseguró que para futuros clásicos se planificará un operativo que contemple lo sucedido, en coordinación con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
La polémica por la seguridad en los estadios y la responsabilidad de los clubes y las autoridades quedó instalada tras una final que, más allá del resultado deportivo, estuvo marcada por la violencia y la falta de controles efectivos.