La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que su residencia y almacén en Deir al Balah, en la Franja de Gaza, fueron atacados por el Ejército israelí. Los bombardeos afectaron sus operaciones, poniendo en riesgo a su personal y familias. La OMS denunció la detención de trabajadores y exigió su liberación, mientras confirma que no retirará su presencia en Gaza, a pesar de comprometer su capacidad operativa.
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La residencia del personal de la OMS fue impactada en tres ocasiones, provocando un incendio y daños estructurales. Además, denunciaron la detención de dos trabajadores y dos familiares, así como registros forzados y detenciones. El almacén de suministros sufrió un ataque, comprometiendo el sistema hospitalario ya colapsado, mientras más de 1.000 familias debieron desplazarse nuevamente. La OMS alertó que la destrucción de infraestructura humanitaria agrava una catástrofe sanitaria sin precedentes en la región.