Nuevos enfrentamientos sectarios en la provincia siria de Sweida dejan al menos cuatro muertos

Al menos cuatro personas murieron el domingo en la provincia de Sweida, al sur de Siria, tras la reanudación de los enfrentamientos a pesar del alto el fuego que inició el 20 de julio. La tregua se había establecido tras una serie de hechos violentos entre drusos y beduinos, informó elObservatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

La ONG indicó que tres miembros de las fuerzas de seguridad sirias murieron cuando estallaron los combates “con facciones locales en el eje de Tal Hadid, en el oeste de la provincia de Sweida”. Anteriormente, según el OSDH, “un miembro de las facciones locales, originario de Sweida”, había sido asesinado en Tal Hadid,“un punto estratégico elevado”en el oeste de la provincia.

Esta provincia, de mayoría drusa, fue escenario de choques entre esta minoría esotérica y beduinos sunitas, antes de que los combates se intensificaran con la llegada de fuerzas gubernamentales y combatientes tribales que prestaron apoyo a los beduinos.La situación permanece tensa y el acceso a la región continúa siendo difícil.

Según el OSDH, los combates volvieron a intensificarse en los alrededores de la ciudad de Thaala tras el uso de cohetes y armas pesadas disparados desde áreas controladas por el gobierno.

La agencia estatal de noticias siria SANA acusó a grupos drusos leales al influyente líder espiritualHikmat al Hijride violar el alto el fuego al atacar a las tropas gubernamentales en Tal Hadid, matando a un oficial de las fuerzas de seguridad e hiriendo a otros.

Por su parte, las autoridades sirias acusaron a“grupos que actúan al margen de la ley” de atacar y matar a un policía e herir a otroen la provincia de Sweida, en violación de la tregua acordada tras la ola de violencia de julio, que dejó cientos de fallecidos. Según declaraciones reproducidas por la televisión oficialAl Ijbariya, fuerzas de seguridad informaron que “grupos ilegales atacaron a las fuerzas en Sweida y bombardearon varias aldeas periféricas”.

Estas violaciones, señalaron fuentes de seguridad, provocaron la muerte de un agente y heridas a otro, sin aportar detalles sobre los atacantes ni las zonas afectadas. Las mismas fuentes destacaron: “Estos ataques demuestran la intención de los grupos ilegales de mantener Sweida en un ciclo permanente de tensión, escalada y caos de seguridad, en una etapa en que el Gobierno busca restablecer el orden y facilitar el retorno de servicios y vida a la provincia”.

Desde mediados de julio, Sweida fue escenario de violentos enfrentamientos entre clanes beduinos y grupos de la minoría drusa, los cuales terminaron enfrentándose también a tropas oficiales cuando estas fueron desplegadas para reestablecer el control. Durante ocho días, la escalada ocasionó cientos de muertos y desplazó a decenas de miles de personas.

Aunque el alto el fuego se mantiene oficialmente, continúan registrándose incidentes y violaciones de la tregua. Durante la ola violenta, organizaciones y activistas locales denunciaron varios abusos contra la población civil de ambos bandos, incluyendo presuntos asesinatos extrajudiciales de drusos por individuos vinculados a las fuerzas de seguridad.

El Ministerio de Justicia de Siria ordenó el pasado jueves la creación de un comité encargado de investigar los hechos y las circunstancias que dieron origen a los enfrentamientos, así como los ataques y “violaciones” cometidas durante la crisis.

Los enfrentamientos registrados en julio expusieron uno de los desafíos principales paraAhmad al Sharaa, presidente interino y líder islamista de la coalición rebelde que depuso al dictadorBashar al Asaden diciembre, después de casi 14 años de guerra civil.

Diversas minorías en Siria han manifestado inquietud por su seguridad tras la llegada al poder de Al Sharaa. Aunque las nuevas autoridades han insistido en su compromiso de proteger a todos los grupos étnicos y religiosos del país, los asesinatos de más de 1.400 alauitas en la costa, sumados a la violencia desatada enSueida, alimentaron importantes dudas sobre esa promesa.

De acuerdo con elObservatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH)y habitantes de Sweida, Damasco impuso un asedio sobre la provincia. La organización acusó a las autoridades de «imponer un bloqueo a la provincia para someter a sus habitantes“. Este cerco dejó a la poblaciónsin acceso a recursos básicos y asistencia externa.

El viernes, residentes de Sweida realizaron protestas para reclamar el retiro de las fuerzas gubernamentales y la habilitación de un corredor humanitario desdeJordania. La carretera que conecta Sweida con Damasco permanece interrumpida desde el 20 de julio.

Damasco responsabiliza a grupos drusos por el bloqueo, pero el OSDH sostiene que fuerzas armadas afines al gobierno tomaron el control de la zona y mantienenel bloqueo al tránsito.

LaONUlogró enviar algunos convoyes de ayuda a la provincia. Sin embargo, una fuente delMinisterio del Interiorinformó el domingo a la televisión estatal siria que el corredor humanitario fue cerrado temporalmente “hasta que se garantice la seguridad de la zona”.

La situación refleja la fragilidad de la nueva administración y el creciente temor de las minorías frente ala persistencia de ataques y bloqueos.