Empresas y consumidores estadounidensesamanecieron este viernes con un panorama más definido sobre la política comercial exterior del presidenteDonald Trump, aunque aún con escasa claridad respecto a cómo afectarán los nuevos aranceles a los productos importados de decenas de países.
El jueves por la noche,Trump ordenó nuevas tarifas para 66 países, laUnión Europea,Taiwány lasIslas Malvinas. Entre ellas: unarancel del 40% a las importaciones desde Laos, un39% a los productos suizosy un30% a los provenientes de Sudáfrica.
Algunos socios comerciales, comoCamboya, recibieron un trato más favorable, con tarifas más bajas que las inicialmente amenazadas por Trump. Además,la entrada en vigor de todos los nuevos aranceles se aplazó del viernes al 7 de agosto.
Wendong Zhang, profesor asociado en laEscuela Dyson de Economía Aplicada y Gestión de la Universidad de Cornell, señaló que los consumidores estadounidenses podrían sentirse algo aliviados, ya quemuchas de las tarifas fueron más bajas que las anunciadas inicialmente. Por ejemplo, el arancel paraIndonesiaquedó en 19%, por debajo del 32% propuesto en primavera.
Sin embargo, los aranceles son un impuesto, y es probable que los consumidores en Estados Unidos terminen pagando al menos parte de ese costo.
“Los precios seguirán aumentando, aunque no tanto como en el peor de los escenarios”, explicó Zhang.
Las empresas están afrontando los aranceles de distintas maneras. Muchos fabricantes de automóviles, por ahora, parecen estar absorbiendo los costos. Sin embargo, el mayor productor mundial de gafas,EssilorLuxottica,informó que subió sus precios en Estados Unidos como consecuencia directa de las tarifas. La compañía, dueña deRay-Ban, produce lentes y gafas de sol en México, Tailandia y China, y exporta monturas de alta gama desde Italia.
Esto es lo que sabemos sobre los nuevos aranceles y cómo podrían afectar a los consumidores estadounidenses:
Trump anunció en abril una ola de impuestos a las importaciones provenientes de casi todos los países, argumentando que buscaba incentivar la producción nacional y equilibrar el comercio global.
Una semana después, pausó las medidas durante 90 días, aunque mantuvo un arancel general del 10%. A comienzos de julio, envió cartas a decenas de países advirtiendo que las tarifas subirían el 1.º de agosto si no se alcanzaban acuerdos.
Este jueves, laCasa Blancaanunció nuevas tarifas pero retrasó su aplicación hasta el 7 de agosto. Mientras tanto, Trump anunció que unarancel del 35% a las importaciones procedentes de Canadáentraría en vigor el viernes. En cambio,postergó la aplicación de medidas contra México y China, ya que las negociaciones con ambos países continúan.
También siguen vigentes otros aranceles generales, como el50% a las importaciones de aluminio y acero, anunciados en junio.
El gobierno de Trump ya logró acuerdos con laUnión Europea, Japón y Corea del Surpara establecer tarifas del 15%. ConFilipinasse pactaron tarifas del 19%, y conVietnam, del 20%. El miércoles, Trump anunció un 25% a los productos de laIndiay un 50% a los deBrasil.
ElDepartamento de Comercioinformó que losprecios subieron un 2,6% en junio, por encima del 2,4% registrado en mayo y del objetivo del 2 % que tiene laReserva Federal. Productos importados como muebles, electrodomésticos y computadoras ya están más caros.
Zhang advirtió que en los próximos meses podrían subir los precios de electrodomésticos y otros artículos que contienen acero y aluminio. También se esperan aumentos en juguetes, utensilios de cocina, productos electrónicos y artículos para el hogar.
Pero Zhang también aclaró que un arancel del 15% no implica automáticamente una subida del 15% en el precio. Las empresas venían anticipándose, acumulando inventario y adoptando medidas para mitigar el impacto.
Según Zhang, losacuerdos comerciales de Trump suelen incluir cláusulas específicas para favorecer las exportaciones estadounidenses.Por ejemplo, el pacto con la UE contempla que empresas europeas compren 750.000 millones de dólares en gas natural, petróleo y combustible nuclear de Estados Unidos durante tres años.
Empresas de semiconductores y contratistas militares también podrían verse favorecidos. Asimismo, algunosagricultores estadounidenses se beneficiarían: como parte de su acuerdo comercial, Vietnam se comprometió a comprar 2.000 millones de dólares en productos agrícolas estadounidenses —maíz, trigo y soja— en un plazo de tres años, según elConsejo Internacional de Comercio.
Aun así, Zhang advirtió que estos acuerdos agrícolas suelen tener efectos temporales. A largo plazo, la incertidumbre por los aranceles podría empujar a países como China a buscar otros socios.
Según un informe reciente de la Tax Foundation, una organización independiente,los aranceles probablemente encarezcan los alimentos, ya que Estados Unidos no produce suficientes cantidades de algunos productos, como bananas o café. También podrían subir los precios delpescado, la cerveza y las bebidas alcohólicas.
Conagra Brands—fabricante deHunt’s,Reddi-wipy otras marcas— señaló en julio que elimpuesto del 50% al aluminio y al acero importado le añadirá 200 millones de dólares anuales en costos. Aunque está cambiando algunos proveedores, también espera trasladar parte de ese gasto a los consumidores.
Ben Aneff, presidente de laU.S. Wine Trade Alliance, advirtió que, desde este viernes, losprecios del vinoen tiendas como la suyasubirán entre un 20% y un 25%debido a los aranceles y la depreciación del dólar.
“Nadie puede absorber los aranceles. El costo se traslada”, afirmó.
Aneff explicó que hasta ahora los consumidores no habían sentido el impacto porque los distribuidores adelantaron envíos desde Francia y otros países europeos. Pero con la subida del arancel al 15%,se espera que los precios del vino europeo suban hasta un 30% en septiembre.
El97% de la ropa y el calzado vendidos en Estados Unidos son importados, principalmente deAsia, según laAsociación Estadounidense de Ropa y Calzado. Aunque China sigue siendo el principal proveedor, muchas empresas están diversificando hacia Vietnam, Indonesia e India.
Y los precios ya comenzaron a subir.Steve Lamar, presidente de esa asociación, no se animó a estimar aumentos, pero advirtió que este otoño los consumidores verán cómo las tarifas impactan en el surtido disponible: algunasmarcas eliminarán productos costosos o reducirán promociones.
Matt Priest, presidente de laAsociación de Distribuidores de Calzado, estima que losprecios están subiendo entre un 5% y un 10%en la temporada de regreso a clases.
Lululemoninformó en junio que subirá ligeramente los precios en una parte de sus productos.Ralph Lauren, en cambio, anticipó aumentos para este otoño y la primavera próxima.
Bjorn Gulden,CEO de Adidas, señaló que están evaluando incrementos para el mercado estadounidense, aunque aún no hay decisiones finales.
“Un arancel no es otra cosa que un costo”, afirmó.“Y no se puede simplemente ignorar un costo. Está ahí”.
Algunos fabricantes ya aumentaron precios para contrarrestar los aranceles.Ferrari, por ejemplo, aplicó un recargo del 10 % en abril a la mayoría de sus vehículos en Estados Unidos, aunque podría dar marcha atrás si hay cambios en el acuerdo con la UE.
Por ahora, la mayoría de las automotrices no han subido precios mientras esperan más detalles de los acuerdos. SegúnKelley Blue Book, el precio promedio de un coche nuevo en Estados Unidos fue de 48.907 dólares en junio, apenas 108 dólares más que en mayo.
Pero la situación podría cambiar pronto.General Motorsadvirtió la semana pasada que el impacto de los aranceles será más pronunciado en el tercer trimestre del año. La empresa estima que los costos asociados a los aranceles le supondrán entre 4.000 y 5.000 millones de dólares este año.
(AP)