La lucha contra el cambio climático impulsa a Noruega a establecer un innovador puerto de almacenamiento de carbono debajo del fondo marino. La tecnología de captura y almacenamiento de carbono, respaldada por el gobierno noruego y empresas como Shell, Equinor y TotalEnergies, se presenta como un modelo replicable para reducir las emisiones industriales. Desde la remota isla de Øygarden, toneladas de CO2 capturadas de fábricas europeas se inyectan a más de dos kilómetros bajo el mar, marcando un hito en la descarbonización en sectores críticos. El puerto busca enterrar hasta 5 millones de toneladas de CO2 al año, representando cerca del 10% de las emisiones noruegas. El proyecto también atrae el interés de otras naciones como Japón y Corea del Sur, que buscan acuerdos para almacenar carbono en países con la geología adecuada. Este paso hacia una industria sostenible requiere la colaboración internacional, regulaciones estrictas y la innovación tecnológica para garantizar la seguridad y fiabilidad de estos métodos.
Noruega establece el primer puerto de almacenamiento de carbono bajo el mar en Europa
