El regreso de Neymar al Santos, club en el que se formó y del que es ídolo histórico, se ha tornado en una experiencia amarga. El futbolista de 33 años atraviesa semanas convulsionadas con el equipo hundido en zona de descenso y envuelto en un clima de tensión tanto dentro como fuera del campo de juego. Los últimos episodios dejaron expuesta la presión que vive el jugador y la fractura con parte de la hinchada.
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El equipo cayó 2-1 ante Internacional de Porto Alegre en su propio estadio, dejándolo con 14 puntos, sumido en los puestos de descenso y con una situación que podría agravarse. La derrota no solo fue dolorosa por lo deportivo, sino también por el clima hostil generado en Vila Belmiro. Sobre el final del encuentro, Neymar protagonizó la jugada más clara para su equipo: remató de zurda desde el borde del área en el tiempo añadido, el balón dio en el palo, cruzó toda la línea de gol y luego fue atajado por el portero Rochet. Al terminar el partido, Neymar se dirigió a la tribuna baja y discutió con un aficionado, generando un tenso enfrentamiento. La relación entre el futbolista y la hinchada está en uno de sus momentos más complejos, mientras que las cifras de Neymar en su retorno al Santos no han alcanzado el impacto esperado. Las lesiones también han afectado su desempeño, generando un ambiente de incertidumbre en torno a su continuidad en el club.
La renovación del contrato de Neymar hasta finales de 2025 fue un paso importante para su permanencia en el Santos, a pesar de la crisis que atraviesa el equipo. El futuro de Santos en el Brasileirao y el papel de Neymar como figura central seguirán siendo temas de intenso debate futbolístico y social en el club paulista.