Ramona Isabel Morinigo (39) falleció durante la noche de este jueves en el Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga, como consecuencia de las gravísimas heridas sufridas tras ser prendida fuego por su pareja el pasado domingo en el barrio San Onofre.
El peor final. Como se anticipó, los esfuerzos médicos eran insuficientes para la gravedad de las heridas que tenía la mujer, más allá de que los profesionales del Hospital Madariaga no dejaron de cuidarla. Sólo un milagro podría haber salvado a la mujer, pero las consecuencias serían de por vida.
17, 15 y 10 años de edad tienen los menores que hoy se quedaron sin su madre, sin su sostén. El segundo de ellos, presenció el momento en que su mamá fue rociada con alcohol y luego prendida fuego por su padrastro. El adolescente la socorrió, pero el fuego avanzó bruscamente.
El hecho es el mismo, pero el resultado es diferente. El Juez de Instrucción Uno de esta capital, Marcelo Cardozo, deberá citar nuevamente a Jonathan Páez a audiencia indagatoria, y cambiar la calificación legal de homicidio agravado en grado de tentativa a femicidio.
Al acusado le queda una larga estadía en la cárcel, seguramente llegara al debate oral en su contra privado de su libertad. La condena que le cabera no será otra que la de prisión o reclusión perpetua, pero tendrá su derecho a defenderse y dar su versión de los hechos, además de aportar pruebas que demuestren su inocencia.
Como se viene informando, los hechos tuvieron lugar en la madrugada del pasado domingo, en una vivienda sobre calle 168 casi Humahuaca del barrio San Onofre. Aparentemente, una discusión desencadenó la furia del femicida.
Literalmente, le vació una botellita de alcohol sobre el cuerpo de su pareja para luego prenderla fuego. La mujer alcanzó a decirle a uno de sus hijos que Jonathan la quiso matar, mientras pedía a gritos que le tirasen leche en el rostro para calmar el dolor.
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Fue trasladada de urgencia al Hospital. Los médicos en todo momento, se enfocaron en ella, pero los esfuerzos o la medicina fue insuficiente. Su pronóstico siempre fue el mismo: estado crítico y riesgo de vida.
Desde el principio, la familia ya se preparó para lo peor, pero la fe nunca la perdieron. Ramona Isabel tenía el 50% de su cuerpo quemado y un pulmón comprometido, al menos eso es lo que informaron desde el nosocomio.
Ayer a la noche, el corazón de la mujer se apagó.
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