El expresidente de Uruguay falleció a los 89 años, víctima de un cáncer de esófago. De preso político a líder admirado en el mundo, su figura marcó un antes y un después en la política latinoamericana. Su legado sigue vivo en su delfín, el actual presidente Yamandú Orsi.
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Una vida entre la lucha armada y la política democrática
José “Pepe” Mujica murió este martes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. La noticia fue confirmada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi, su heredero político y actual jefe de Estado. “Falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido”, expresó Orsi en redes sociales.
Mujica había sido diagnosticado con cáncer de esófago en abril de 2024. Tras un tratamiento extenso y varias internaciones, anunció en enero de 2025 que la enfermedad había hecho metástasis. Pidió entonces que lo dejaran tranquilo en su chacra, con su esposa Lucía Topolansky, sus plantas y su tractor.
Del monte al poder: el tupamaro que se volvió símbolo global
Mujica fue un referente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, el principal grupo armado de izquierda de Uruguay en los años 60. Estuvo 14 años preso, muchos de ellos en condiciones inhumanas durante la dictadura militar. Fue baleado, torturado y aislado, lo que le provocó trastornos mentales. Pero sobrevivió.
Con la vuelta de la democracia en 1985, dejó las armas y se integró al sistema político. En 1995 asumió como legislador y comenzó su ascenso dentro del Frente Amplio, el gran bloque progresista uruguayo. En 2005 fue ministro de Ganadería bajo la presidencia de Tabaré Vázquez y en 2010 alcanzó la Presidencia.
Un estilo austero y disruptivo
Gobernó hasta 2015 con un estilo muy particular: vivía en su chacra, manejaba un Volkswagen escarabajo, vestía ropa sencilla y donaba la mayor parte de su sueldo. Se ganó el apodo de “el presidente más pobre del mundo”, aunque siempre respondió con ironía: “Pobre es el que necesita mucho”.
Durante su mandato se aprobaron leyes históricas como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis, medidas que posicionaron a Uruguay como país pionero en derechos civiles.
Pepe y Catamarca: una admiración recíproca
Desde Catamarca, el gobernador Raúl Jalil expresó su pesar por la muerte de Mujica. “Su ejemplo de coherencia y humildad seguirá siendo faro para quienes creemos en una política al servicio de los demás”, escribió en redes sociales. Las palabras del mandatario provincial reflejan el respeto transversal que generó Mujica, incluso más allá de fronteras ideológicas y geográficas.
Un legado que continúa
Hasta sus últimos días, Mujica siguió militando. Fue clave en el triunfo de Yamandú Orsi en 2024, apoyando la campaña desde su chacra pese a su delicado estado de salud. Su sector, el Movimiento de Participación Popular (MPP), fue el más votado y hoy lidera una bancada fuerte en el Parlamento.
Pidió ser enterrado en su casa, junto a su perra Manuela, un símbolo más de su vida austera. Su muerte deja un vacío político, pero también un legado potente de ética, coherencia y amor por el pueblo.