El jueves 17 de julio de 2025, un mortero impactó en la iglesia latina de Gaza, dejando tres muertos y numerosos heridos. Las FDI atribuyen el ataque a una ‘desviación no intencional’ durante una operación militar, señalando que el objetivo original eran posiciones de Hamas. El cardenal Pierbattista Pizzaballa, tras visitar el lugar, expresó sus dudas sobre la versión israelí y destacó la urgencia de esclarecer la responsabilidad de los ataques que afectan a civiles y recintos protegidos. Tras el incidente, se reforzaron las directrices para el empleo del fuego en las cercanías de edificios religiosos y se implementaron ajustes para evitar episodios similares. La emergencia humanitaria en Gaza fue calificada como ‘moralmente inaceptable’ por el cardenal, quien denunció la falta de alimentos, colapso hospitalario, y el sufrimiento de la población gazatí. La Iglesia y el Papa León XIV exigieron acción inmediata y protección a los civiles, condenando los castigos colectivos y reclamando la entrada de ayuda humanitaria. Los líderes cristianos pidieron un acuerdo de paz regional y oraron por la liberación de los prisioneros, enfocando la atención en la crisis humanitaria como prioridad inmediata.
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