Un pequeño de 12 años falleció esta mañana en el Hospital Pediátrico de Posadas, donde llegó luego de dispararse en la cabeza con el arma reglamentaria de su padre, un sargento de la Policía de Misiones que trabaja hace más de diez años en la Fuerza. Pasadas las 11.40 la Policía confirmó el fallecimiento del menor.
El disparo ocurrió en una habitación de la vivienda que el niño compartía con sus padres, en el barrio Cocomarola Oeste, y desde la familia aseguran que el pequeño sufría bullying en el colegio. El caso es instruido como intento de suicidio por la Justicia local.
Según consignaron fuentes oficiales, los padres del niño llegaron por sus medios al hospital Madariaga poco antes de las 23.30, advirtiendo que se había disparado. Inmediatamente fue atendido y, como indica el protocolo, luego se dio aviso a la Policía.
Según dijeron desde el seno familiar al diario El Territorio, luego de una salida familiar se preparaban para dormir cuando el pequeño salió de una habitación con el arma en la mano, amenzando con suicidarse. Dijo que los compañeros del colegio se burlaban llamándolo “burro” por no haber pasado el examen de ingreso al secundario y, pese a que su padre quiso persuadirlo, terminó por disparar frente a toda su familia.
Una vez conocido el hecho, lo primero que hicieron los efectivos fue preservar la escena para las pericias de rigor, que hasta aquí confirman el relato del sargento y su mujer. Los mismos aseguraron que el arma estaba guardada en un cajón, sin el cargador.
También se hicieron pruebas de parafina, que si bien no son concluyentes, dieron negativa a sus progenitores. Ambos estaban recibieron asistencia psicológica de profesionales y fueron medicados.
Acoso escolar
En primera instancia trascendió que los padres del niño estaban discutiendo al momento que ocurrió, el hecho, y que incluso la víctima pidió que no lo hicieran, antes de disparar, algo que luego fue negado por los protagonistas.
Más allá de eso, desde el entorno del pequeño insitieron que éste era víctima de bullying o acoso escolar. “Se burlaban de él por los anteojos, porque estudiaba en el recreo con sus libros”, dijo un familiar directo. Agregó que incluso tuvieron reuniones con los maestros y directivos del colegio y que ellos “dijeron que es cosa de chicos y por eso le cambiaron de turno”. “Quiero que se tome conciencia de cómo el bullying destruye familias”, cerró el familiar del pequeño, al que se lo notó muy afectado por la situación.