Después de 340 días viviendo en el espacio, el astronauta Scott Kelly enfrentó una readaptación física y emocional impactante al aterrizar. A su regreso, sorprendió a la comunidad científica al mostrar signos de ‘rejuvenecimiento’ inesperados.
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RÉCORD DE ESTADÍA
La misión de Scott Kelly, que se extendió entre 2015 y 2016, fue récord para un estadounidense: 340 días consecutivos en el espacio. El objetivo fue estudiar los efectos de la microgravedad y la radiación en el cuerpo humano, en preparación para futuras misiones de larga duración, como el viaje a Marte.
ESTUDIO DE LOS GEMELOS
La participación de su hermano gemelo, Mark Kelly, permitió a los científicos aislar los efectos del entorno espacial sobre el organismo, al contar con un control genético idéntico. Más de 80 expertos de 12 universidades formaron 10 equipos de trabajo para analizar los datos recogidos, que incluyeron muestras biológicas, pruebas cognitivas y evaluaciones inmunológicas.
EFECTOS SORPRENDENTES
El ‘Estudio de los gemelos’ de la NASA reveló transformaciones genéticas sorprendentes en Scott Kelly, incluyendo el alargamiento de los telómeros en sus glóbulos blancos. Aunque más del 90% de los cambios genéticos volvieron a la normalidad seis meses después de su regreso, algunos genes relacionados con la inmunidad y la reparación del ADN no recuperaron sus niveles previos.
COMPROMISOS FUTUROS
Los investigadores reconocen que aún deben comprender mejor cómo reacciona el cuerpo en el espacio, dada la complejidad de factores presentes. A pesar de las alteraciones observadas, se destaca que el sistema inmunológico de Kelly funcionó adecuadamente, lo que sugiere que la salud humana puede mantenerse en su mayor parte durante periodos prolongados en el espacio.