El presidente Javier Milei viajará anoche rumbo a Camboriú, Brasil, donde participará durante el fin de semana de la Conferencia de Acción Política Conservadora, CPAC, en la que confluirá con otros líderes de la derecha como el brasileño Jair Bolsonaro, el chileno José Antonio Kast y el mexicano Eduardo Verásategui. Su exposición se dará el domingo, un día antes de la Cumbre del Mercosur en Asunción del Paraguay, a la que no irá para no cruzarse con su par Lula da Silva con quien está distanciado.
La gran incógnita es si en su discurso el líder libertario reiterará las críticas hacia Lula. En la Casa Rosada nadie quiere anticipar qué dirá Milei, quien en sus últimas apariciones públicas insistió con su tono de confrontación. Remarcan que el enojo se profundizó porque el brasileño le negó el saludo en la Cumbre del G-7 realizada recientemente en Italia.
Los brasileños, por su parte, difieren con esa versión. Sostienen que esa vez intercambiaron un saludo y se apoyan en dos declaraciones del vocero presidencial Manuel Adorni para mantener ese argumento. Una de ellas, la del 26 de junio, cuando en conferencia de prensa, Adorni había dicho que “se han encontrado, en un encuentro casual, se saludaron cordialmente como deben hacer dos presidentes de dos naciones”. Otra, en una entrevista del mismo tenor en el canal SBT News.
“Las cosas que yo dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Que le dije corrupto? ¿Y acaso no fue preso por corrupto? ¿Y que le dije comunista? ¿Y acaso no es comunista? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no se le puede decir nada, aún cuando sea verdad?”, aseguró el mandatario argentino luego de que Lula pidiera disculpas hacia él y hacia su país porque había expresado “muchas tonterías”.
“No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Sólo quiero que él pida disculpas. Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”, había dicho el líder del PT.
En Brasil, algunos sectores de la prensa especulan con que si se repiten este tipo de manifestaciones Lula podría llamar a su embajador en Buenos Aires, Julio Glinternick Bitelli, a consultas, el paso previo a retirarlo de su destino diplomático. Se sumaría así otro conflicto diplomático luego de los cruces con el español Pedro Sánchez que derivó en la salida de su embajadora María Jesús Alonsoy luego con el boliviano Luis Arce, quien también decidió que su representante, Ramiro Tapia, volviera a La Paz tras la declaración de la Oficina del Presidente argentino en la que se señalaba que en el Altiplano se había producido un “autogolpe”.
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