El presidente argentino, Javier Milei, afirmó en un acto partidario en Parque Lezama que la pobreza en el país «ha empezado a caer», refiriéndose a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que muestran una disminución del 54,8% al 51% entre el primer y segundo trimestre de 2024. Sin embargo, varios especialistas en economía advirtieron que ciertos factores metodológicos podrían haber influido en esta aparente mejora.
El anuncio de Milei y las cifras de pobreza
Milei sostuvo que, tras asumir el gobierno en un contexto económico adverso, el índice de pobreza había aumentado en el primer trimestre al 55%, pero que, según los últimos datos, la pobreza ahora ha bajado al 51%. «La pobreza no se genera de un día para el otro, tampoco se puede eliminar de un día para el otro», señaló, atribuyendo la mejora a la desaceleración de la inflación y a sus políticas macroeconómicas.
No obstante, economistas como Leopoldo Tornarolli, del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), y Martín Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella, llamaron a la cautela al analizar las cifras. Tornarolli destacó que, aunque la pobreza disminuyó según los datos del Indec, es posible que una cuestión metodológica haya influido en la sobreestimación de la pobreza en el primer trimestre y en su subestimación en el segundo. Esto se debe a que los ingresos declarados corresponden a los 30 días previos a la encuesta, mientras que la línea de pobreza se calcula con los precios del mes en que se realiza la entrevista.
Rozada explicó que este desfase temporal entre ingresos y precios podría alterar los resultados, dado que los salarios obtenidos en un mes de alta inflación pierden poder adquisitivo en los siguientes, cuando se realizan los cálculos. De este modo, si bien los datos reflejan una mejora, no necesariamente indican una recuperación sólida de la economía.
La situación de los programas sociales y su impacto limitado
En su discurso, Milei también criticó a sus opositores por no ocuparse de la «cuestión social» y aseguró que, bajo su gobierno, los programas de asistencia como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar ahora cubren el 100% de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Sin embargo, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) contradijo esta afirmación, al estimar que dichos programas solo cubren el 50,2% de la CBA y el 22,5% de la Canasta Básica Total (CBT).
A pesar del aumento en la cobertura de estas ayudas, la indigencia sigue siendo un problema grave, habiendo pasado del 12,3% en el segundo semestre de 2023 al 18,1% en el primer semestre de 2024. Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de Fundar, explicó que la principal fuente de ingresos de los hogares más pobres proviene del trabajo, que representa el 62% de los ingresos en el decil más bajo de la población. Esto significa que, aunque los programas de transferencia social ayudan, su impacto no es suficiente para contrarrestar la caída en los ingresos laborales.
Perspectivas a futuro
A medida que se acerquen los próximos trimestres, los analistas coinciden en que será crucial observar la evolución de la economía, en particular el comportamiento de la inflación y la recuperación del poder adquisitivo, para determinar si la baja en la pobreza es un fenómeno sostenido o simplemente un efecto temporal de la metodología estadística.
Mientras tanto, el gobierno de Milei se enfrenta al desafío de mejorar la situación socioeconómica del país, con la mira puesta en estabilizar la macroeconomía y reducir la inflación, factores clave para lograr una reducción real de la pobreza.
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