Los jóvenes que pasan más tiempo enganchados al móvil son más infelices

El uso desmedido de teléfonos celulares especialmente en niños y jóvenes, puede estar asociado a trastornos como inatención y depresión. En pocas palabras, los hace infelices. En el mundo se calcula que hay más de 7 millones de celulares registrados. Argentina es uno de los países con mayor número de teléfonos móviles per cápita del mundo. El 60% de los jóvenes en países desarrollados tiene su propio celular. Es necesario destacar que el mundo digital, además de conectarnos y brindarnos un sinfín de posibilidades (entretenimiento, juegos, información, etc.), puede venir acompañado de algunos factores de riesgo que hacen que tengamos que buscar un uso equilibrado e inteligente de estas tecnologías.

Ezequiel Passeron es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Director Ejecutivo de “Faro Digital”, una organización dedicada a la construcción de ciudadanía digital. Uno de los objetivos que persigue con esta iniciativa es lograr un uso responsable de la tecnología, es decir, poder fomentar el uso creativo e innovador y lograr el empoderamiento de los jóvenes, respecto a las herramientas digitales, pero también conociendo los riesgos que pueden devenir de su uso.

¿A qué edad en promedio comienzan a utilizar el celularlos jóvenes en Argentina?

Actualmente encontramos que los chicos de nuestro país acceden al uso de pantallas (smartphones y/o tabletas) a temprana edad, que puede ir desde los 3 años. Estos niños suelen disfrutar este tipo de herramientas debido al alto grado de interactividad que poseen y a las posibilidades de entretenimientocomunicación y juegos que brindan. Así, pueden pasar una gran cantidad de horas viviendo una experiencia divertida y entretenida, conectándose con amigos, conociendo gente nueva, explorando otras culturas, investigando sobre sus pasiones y hasta transformándose en prosumidores (no sólo consumiendo información, sino produciéndola).

Pero… «¿Por qué los niños súper conectados de hoy están creciendo menos rebeldes, más tolerantes, menos felices y completamente desarmados para la fase adulta?», se preguntó el autor principal de una investigación, Jean Twenge, de la Universidad Estatal de San Diego (California, EE.UU.).

Para examinar este fenómeno, Twenge y sus colegas analizaron datos del estudio «Monitoring the Future», una encuesta representativa de más de un millón de jóvenes estadounidenses de entre 15 y 18 años.

En esta encuesta, se preguntaba a los jóvenes sobre la frecuencia de uso de sus teléfonos, tabletas y computadoras, así como preguntas sobre sus interacciones sociales y su nivel de felicidad general.

En promedio, encontraron que los adolescentes que pasaban más tiempo frente a los dispositivos de pantalla eran «notablemente» más infelices que aquellos que invirtieron más tiempo en actividades como deportes, lectura e interacción social cara a cara.

Sin embargo, la abstinencia total de la pantalla tampoco conduce a la felicidad, ya que los adolescentes más felices usaban soportes digitales un poco menos de una hora por día.

Después de ese punto (una hora diaria de tiempo enganchado a la pantalla), el nivel de infelicidad aumenta constantemente al mismo ritmo.

«La clave del uso de los soportes digitales y la felicidad es el uso limitado», dijo Twenge.

Al observar las tendencias históricas de los mismos grupos de edad desde la década de 1990, los investigadores encontraron que la proliferación de dispositivos de pantalla a lo largo del tiempo coincidió con una disminución general de la felicidad entre los adolescentes.

En concreto, la satisfacción con la vida, la autoestima y la felicidad de los jóvenes se desplomaron después de 2012, año en que el porcentaje de estadounidenses que poseían un teléfono inteligente aumentó por encima del 50 por ciento.

«El mayor cambio en la vida de los adolescentes entre 2012 y 2016 fue el aumento en la cantidad de tiempo que pasaron usando medios digitales, y la posterior disminución en las actividades sociales en persona y el sueño», aseguró el científico.

Entre sus conclusiones, los investigadores recomiendan a los jóvenes que en ningún caso se superen las dos horas de uso recreativo de soportes digitales y que aumenten la cantidad de tiempo que pasan viendo a sus amigos cara a cara y haciendo ejercicio, dos actividades relacionadas de manera confiable con una mayor felicidad. 

Sin caer en narrativas de pánico, ni alertas o discursos de miedo, creemos que podemos fomentar el uso de las nuevas tecnologías buscando también un ecosistema digital sano y productivo,  sin olvidarnos de la importancia de las relaciones cara a cara y de la vida en el mundo offline.

¿Cuáles son los riesgos a nivel de la salud?  Cabe aclarar previamente que los riesgos que pueden existir vienen del mal uso, del uso excesivo y sin análisis crítico o reflexivo. En ese sentido son varias las problemáticas que pueden surgir del uso de los teléfonos inteligentes. La primera y más fácil de identificar es el riesgo que deviene del uso de los celulares en la calle, que puede ocasionar desde el tropiezocon otras personas, hasta tener accidentes en la vía pública.

Para orientarnos un poco en lo referido a este tema, en Estados Unidos hay aproximadamente mil muertes de jóvenes por año por distracciones asociadas al uso de smartphones a la hora de cruzar la calle.

Además, en encuestas anónimas realizadas 9 de cada 10 jóvenes admite usar su teléfono a la hora de manejar su auto.

Desde el punto de vista cognitivo, diversos estudios muestran que el uso excesivo de los smartphones en jóvenes se ha asociado a inatención. Vale aclarar que la atención es el primer paso para la generación de la memoria y la misma, el eje central del aprendizaje. Es decir que, en toda tarea en la cual se busca que los chicos aprendan, el uso del celular podría llegar a afectarlos.

Estas investigaciones demuestran que la utilización del smartphonepor más de sesenta minutos por día, ya logra mostrar diferencias muy significativas. También varios estudios realizados en España y Austria han demostrado que puede existir en algunos casos una mayor incidencia de depresión asociados al uso de estos dispositivos. El uso constante de celulares, principalmente en varones, puede llegar a generar stress crónico y el mismo podría ser un condicionante para el surgimiento de depresión.

El uso de los teléfonos móviles ha llegado a mostrar casos en donde los pacientes pueden sufrir cefaleafatiga, e hiperactividad. Todos estos trastornos parecen ser dependientes del tiempo de exposición a las pantallas digitales.

Los smartphones también son los dispositivos que permiten conectarse a sus redes sociales. Y ellas son las que les permiten ver fotos y videos, agruparse con usuarios que comparten intereses, jugar a juegos, descubrir nuevos gustos, y hasta fomentar la participación y el compromiso ciudadano.

Pero estas poderosas herramientas de comunicación también pueden generar o explotar algunos conflictos sociales que no surgen del uso tecnológico, pero que sí encuentran en estas plataformas un medio para explotar. Estamos hablando de la discriminación web (ciberbullying), el grooming (abuso sexual online), el sexting (viralización de imágenes íntimas) y de la construcción de la identidad digital.

Estas cuestiones sociales merecen ser trabajadas junto con los chicos desde la prevención y la construcción de un espacio en donde se respeten sus derechos, pero en donde también se debe hacer un uso ético, respetando al otro.

Para lograr un crecimiento saludable de los jóvenes es fundamental el rol que deben ejercer los adultos en general, y en especial los padres. Los mismos deberían tener en cuenta algunos consejos fundamentales que fuimos nombrando previamente para acompañar y ser referentes de sus hijos en los entornos digitales. Estos son: enfatizar en el hecho de no usar los dispositivos móviles mientras se transita por la vía pública, tanto cuando se camina por la calle como cuando se está conduciendo un vehículo; construir junto con los chicos un decálogo con normas de uso consensuadas; fomentar el tiempo de desconexión para que disfruten de jugar con amigos, leer libros, estar al aire libre, charlar con pares, etc.; para chicos que van al colegio, solamente usarlo si el mismo está convenido con los docentes y con fines de aprendizaje (existen un sinfín de posibilidad de aprovechar los smartphones para fomentar la creatividad y el aprendizaje de los niños); alentar el aprendizaje en programación que estimula el pensamiento lógico y la creatividad; saber que existen padecimientos físicos luego de un uso desmedido de los teléfonos.

Fuente: El País, RUS