Le robó el celular a una mujer y los vecinos le fisuraron el cráneo a golpes

Un conocido delincuente de Posadas debió ser internado de urgencia con fisura de cráneo a causa de los golpes que recibió de unos vecinos que lo persiguieron tras robarle el celular a una mujer armado con un cuchillo.

La llegada de un patrullero del Comando Radioeléctrico puso en fuga a los agresores de Renzo Manuel Barbúdez (42), quien quedó tendido inconsciente en el asfalto.

Todo comenzó en los primeros minutos del domingo en la calle Máximo Paz al 3200, a pocas cuadras del centro de la capital de Misiones.

En ese lugar, Barbúdez amenazó a Laura Aranda con un cuchillo y le robó un celular de gama media.

Apenas el delincuente escapó a la carrera, la mujer pidió auxilio y un grupo de jóvenes comenzó a perseguir al asaltante, al que alcanzaron en la esquina de la avenida López Torres y calle Ambrosetti, a unas cinco cuadras.

Allí le propinaron una feroz paliza hasta que arribó al lugar una patrulla del Comando Radioeléctrico, que había sido alertado sobre el robo y salió en búsqueda del sospechoso con los datos que pudo aportar la mujer.

Al advertir el arribo de la Policía, los jóvenes que hicieron justicia por mano propia escaparon. Barbúdez todavía tenía en su poder un destornillador, el cuchillo usado para cometer el robo y el celular de la mujer.

El hombre fue asistido por una ambulancia de la red de traslados de Salud Pública, que lo llevó de urgencia al Hospital Escuela, donde quedó internado con fisura de cráneo y hematomas en todo el cuerpo.

La condena a perpetua para su madre

Renzo Manuel Barbúdez es hijo de Nilda Valiente, una mujer que fue condenada a prisión perpetua por asfixiar y luego rematar de 38 puñaladas a su hijo de 19 meses, en enero de 2005.

Según se determinó, la mujer presionó el rostro del bebé contra el barro de una cancha de fútbol barrial, hasta que dejó de respirar, tras lo cual lo acuchilló.

Renzo empezó su carrera delictiva cuando todavía era menor de edad. Desde entonces empezó a desfilar por las diferentes comisarías por robos y hurtos.

Por esos delitos fue condenado a tres años y medio de prisión, pero en octubre de 2009 protagonizó una espectacular fuga del penal de Loreto, donde saltó un muro de dos metros de altura y llegó hasta una zona de montes, donde eludió el operativo de captura.

La Policía lo halló tres días después, totalmente agotado y hambriento, tratando de llegar a la costa del río Paraná para poder cruzar a Paraguay.

Unos años después fue condenado a cuatro años de cárcel por quitarle el arma reglamentaria a un policía e intentar balearlo en medio de un procedimiento. Apenas cumplió la sentencia, volvió a los robos, su medio de vida.

Ahora sumará una nueva imputación, esta vez por el delito de robo calificado por el uso de armas. Una vez que los médicos le den el alta, pasará a una comisaría y volverá a transitar los pasillos judiciales.