Reino Unido. Nato Thind de 26 años de edad, oriundo de Hampshire, fue operado para hacerle bajar una erección que padeció durante más de un mes por haber ingerido Viagra, sin embargo, el resultado no fue el que esperaba, su pene fue mutilado.
Nato quien había tomado “la pastilla azul”, contó que lo había hecho en otras ocasiones, pero que en ésta, su miembro nunca se deshinchó, y empezó a sentir dolores. Sufrió el dolor por más de un mes, hasta que decidió acudir a un médico. Los especialistas que lo atendieron recurrieron a distintos métodos para combatir la erección, desde medicamentos hasta sacar sangre con jeringas. Pero como nada daba resultado, optaron por llevar a cabo una cirugía y le pusieron una sonda para drenar la sangre acumulada en el pene.
Posteriormente a la operación, y de que su órgano volviera a su estado de flaccidez, el joven se dio cuenta de que había alguna cosa que fallaba: nunca más pudo volver a tener una erección. Thind responsabilizó a los médicos asegurando que «no tenían ni idea del qué estaban haciendo». Aparentemente, la cirugía le afectó a los nervios del pene.»Ahora tengo un pene mutilado, un glande insensible, me es imposible tener una erección o un orgasmo», expresó apenado, y contó que tuvo otros síntomas como eyaculaciones involuntarias o dolores «inaguantables».
Por su parte, la asociación británica de urólogos aseguran que “uno de cada mil hombres que consume Viagra sufren un problema parecido: priapismo, una erección prolongada y dolorosa. Cuando se llega al extremo de la cirugía, uno de cada diez hombres acaban teniendo dificultades para tener una erección, un riesgo que es más alto cuanto más tiempo se ha mantenido la erección”.
A partir de esto, los especialistas recomiendan no tomar Viagra sin ser supervisado por un medico previamente, ni mezclada con otras drogas. Además se recomienda ir inmediatamente al médico si pasa alguna cosa extraña, como que la erección no baje después de cuatro horas.
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