La campaña electoral en laciudad de Buenos Airesentrará este lunes en la recta final y en el búnker deHoracio Rodríguez Larretaaseguran queno cambiarán en nada su estrategia. El ex jefe de Gobierno seguirá durante los días previos a la veda con las caminatas (dicen que promedia 13 mil pasos por día) para charlar con los porteños sobre susproblemas cotidianosy cuestionar la gestión de Jorge Macri.
Desde el inicio de la carrera electoral el larretismo apostó por elcontacto directo con los vecinos, pocas apariciones en medios de comunicación y un discurso estrictamente enfocado en lo local. La idea era mostrar su mejor perfil, el degestor, lo más lejos posible de las fotos con otros políticos y la imagen de candidato presidencial.
Seguirán por esa línea porque consideran que han tenido éxito a la hora de poner en palabrasuna sensación que estaba latente, pero no había sido sintetizada. El eslogan delolor a pisfue la mejor expresión de esta búsqueda. “Horacio sintonizó con un sentimiento que estaba en la gente común, pero no se decía tanto, todo el mundo iba percibiendo de manera individual que la gestión no iban bien. Horacio lo puso en términos colectivos y la gente se sintió representada con esa crítica, a la que después se subieron todos.Tuvo el acierto de decirlo antes que los demás”, explicaron cerca del líder del Movimiento al Desarrollo (MAD).
Las críticas por la suciedad en las calles, la falta de obras de infraestructura y la inseguridad forman parte de una misma narrativa que propone una suerte deañoranza de los “años dorados” de la gestión amarilla, con Rodríguez Larreta como su principal referente.
Por otro lado, aseguran que hubo unrecrudecimiento del tonogeneral de la campaña y del discurso del PRO en particular. Elescracheque sufrió el candidato durante una recorrida por elBarrio 31generó mucho malestar en las filas larretista, que definieron la situación lisa y llanamente comouna “emboscada” organizada por el PRO.
“Claramentefue ‘aparateado’.Horacio había estado antes de ese episodio en una reunión con vecinos lo más bien. Y en la recorrida final pasó lo que todos vieron”, recordaron.
No obstante, las duras críticas de Mauricio Macri, Silvia Lospennato, Laura Alonso, Hernán Lombardi y hasta María Eugenia Vidal también alimentan escenarios alentadores porque en el comienzo de la campaña estos mismos referenteshabían intentado invisibilizarlo. “¿Por qué salieron de repente todos en fila a pegarle a Horacio?¿Por qué discutís con el que teóricamente va cuarto en lugar de apuntar a salir primero?Tenemos la sensación de que al PRO no le está yendo tan bien como esperaba”, analizaron en el comando de campaña larretista.
Por más que lo niegan, tanto Rodríguez Larreta como sus compañeros de boletaGuadalupe Tagliaferri y Emmanuel Ferrario también elevaron el tonode las críticas, apuntaron personalmente contra Jorge Macri y empezaron a avivar el miedo a la “conurbanización” de la capital. “Fue un error haberlo traído del Conurbano”, aseguró el ex alcalde aInfobaela semana pasada.
“No es peyorativo ni es algo contra la gente del conurbano. Es una descripción de la gestión y de algunas prácticas: que te hagan escraches, poner un palo azul con luces en vez de un policía, que cuando ponemos un cartel de Horacio salgan corriendo a destruirlo.Se parece más a una campaña del conurbano que de CABA. El porteño siempre tuvo la vara más alta”, resumieron.
A pocos días de las elecciones legislativas, el proyecto larretistasueña con llegar a los dos dígitos. Con ese resultado, el ex alcalde podrá ingresar a la Legislatura porteña junto con Tagliaferri y Ferrario. Y desde allí emprenderáun nuevo camino a la sede de gobierno de Uspallata.
Así lo anunció él mismo en el debate de candidatos. Fue una forma de dejar en claro que su proyecto tiene un plan a largo plazo y descartar cualquier especulación con aspiraciones nacionales. “Nunca entramos en discusiones nacionales, le hablamos al vecino de sus problemas y no nos enganchamos en las discusiones de la política”, sintetizaron.