En plena cuarentena, un comedor comunitario que daba viandas a 150 personas fue intrusado y desmantelado durante la madrugada del sábado en Mar del Plata. Los delincuentes se llevaron todos los enseres e insumos para que el sitio pueda funcionar en su tarea asistencial: desde ollas, utensilios de cocina y garrafas, hasta una bomba de agua.
Susana Figueroa, responsable del establecimiento ubicado en las calles 431 y 38 del barrio Santa Rosa del Mar, en la zona sur de la ciudad balnearia, se dio cuenta de la intrusión hacia las 7.30 de la mañana, cuando llegó al lugar junto a diez colaboradoras para preparar la vianda del día.
«Nos encontramos con este robo que nos dejó sin aliento y con una impotencia tremenda”, precisó la referente barrial, quien desde hace tres años se encarga de la tarea.
Según el testimonio de Figueroa, al comedor -bautizado como “La cocina de Cua cuá”- asisten en su mayoría cartoneros y personas que hacen changas como jardinería y albañilería y que, a raíz de la pandemia, se acercan “porque es el único sustento alimenticio que tienen”. La organización pertenece a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
“En este lugar que es muy precario tenemos una huerta comunitaria, brindamos apoyo escolar, guardería y todo con el esfuerzo de los vecinos de la zona que aportan su tiempo y lo poco que tienen para que funcione diariamente”, subrayó, en diálogo con la agencia Télam.
Tras el robo, Figueroa aseguró que este sábado no podrán dar las viandas a las 150 personas que suelen asistir al centro. Sin la bomba de agua, tampoco podrán realizar tareas básicas en el establecimiento como asearse, limpiar los alimentos y regar la huerta. Además, advirtió desde el municipio de General Pueyrredón, a cargo de Guillermo Montenegro, no han “recibido nunca una ayuda”.
“Es un barrio humilde, en el que la gente si no sale a cirujear o cortar el pasto, subsiste del basural, que ahora está cerrado. Hoy nos pasó esto y ¿qué le decimos a la gente que viene a buscar comida ahora? ¿Qué no hay más? Siento una amargura terrible”, planteó al diario La Capital.
Tras radicar la denuncia, personal de la comisaría de Acantilados y de la Policía Científica se acercó a realizar las pericias en torno al robo. El sitio fue encontrado revuelto, desordenado y con la ventana del baño rota. La hipótesis principal es que por ahí habrían ingresado los delincuentes.
“Muchos vecinos se han acercado para hablar con el personal policial teniendo en cuenta que desde hace días muchos de ellos han sufrido robos y arrebatos al bajar del colectivo”, comentó la mujer. “Si alguien de Acción Social municipal no se acerca a proveernos de todo lo que nos robaron, a partir del lunes tendremos que cerrar las puertas porque no contamos con recursos propios”.
Susana, junto a su familia y la organización comunitaria que sostiene al comedor dejó su teléfono celular (223 301-0102) para que le acerquen ayuda y una bomba de agua.
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