Las autoridades iraníes ordenaron elcierre de oficinas gubernamentales y bancosen gran parte del país el miércoles, mientras lasaltas temperaturas estivalesy elempeoramiento de la crisis hídricaponen a prueba la red eléctrica nacional.
El anuncio emitido en la televisora estatal el martes representa elsegundo cierre de este tipo durante el verano actual, ya que Irán busca aliviar la demanda de electricidad y agua en medio de unaola de calorque ha llevado las temperaturas en la capital, Teherán, por encima de los40 gradosCelsius.
Las autoridades instaron a los residentes aevitar actividades al aire libredurante las horas de más calor y a ahorrar agua y energía, en una muestra de la presión que enfrenta la infraestructura del país.
La crisis energética de Irán revela números alarmantes: el país produce alrededor de62.000 megavatios de energía eléctricapor hora en hora punta, peronecesita aproximadamente 80.000 megavatiospara satisfacer sus necesidades, creando undéficit de 18.000 megavatiosque se traduce en apagones sistemáticos.
Teherán y otras ciudades ya enfrentancortes de electricidad de dos horas cada dos días, y los expertos advierten quepodrían aumentar a cuatro horas. La frustración ciudadana se ha manifestado con protestas frente al proveedor nacional de electricidad,Tavanir, donde manifestantes exigen una mejor gestión de la red.
El sur de Irán está soportando la peor parte del calor extremo.La ciudad deAbadánregistró temperaturas que superaron los50 gradosCelsius el domingo, situándola entre los lugares más calurosos de la Tierra durante la actual ola de calor.
Años desanciones estadounidenses a los sectores petrolero y bancario iraníes, así como la dificultad para obtener piezas necesarias para manejar yreparar la red eléctrica, han impedido que el país mantenga y mejore adecuadamente suineficiente infraestructura energética.
La planta de energía nuclear deBushehr, laúnica central nuclear del país, ejemplifica estos desafíos. Construida con ayuda rusa y puesta en funcionamiento en 2011,produce apenas 1.000 megavatios por horay se desconecta para labores de mantenimiento cada año durante dos meses, reduciendo aún más la capacidad de generación durante períodos críticos.
Los cierres planificados para el miércoles recuerdanmedidas similares implementadas en años recientes: un feriado público de un día decretado en julio de 2024 y una acción de dos días en 2023, evidenciando que esta crisis se ha convertido en un patrón recurrente.
La situación eléctrica se agrava por unacrisis hídrica que expertos califican como la más severa en medio siglo.Cinco años consecutivos de sequía, el desplome de las precipitaciones y el uso ineficiente de los recursos hídricos han puesto al país al borde de una crisis sin precedentes.
Las cifras son alarmantes:19 grandes presas, fundamentales para el suministro de agua potable y agrícola,tienen menos del 20% de su capacidad, lo que significa que más del 80% de sus reservas están vacías.Los cuatro embalses que abastecen de agua a la provincia de Teherán están al 12% de su capacidad, cuando en años normales llegaban al 60 o 70%.
“Nos acercamos a la mitad del verano con reservas que nunca habían estado tan bajas.Hay que dejar los formalismos y contarle la verdad a la gente: estamos en una crisis de agua sin precedentes”, alertóMohsen Ardakani, director de la Compañía de Agua y Alcantarillado de la provincia de Teherán.
Pese a las advertencias oficiales,las cifras de consumo siguen siendo altas.Cada habitante de Teherán utiliza cerca de195 litros de agua al día, el doble del patrón óptimo recomendado. Además, el 22% del agua distribuida se pierde enfugas,conexiones ilegalesoerrores de medición.
Los datos del Ministerio de Recursos Hídricos revelan que entre octubre de 2024 y el 10 de julio de este año,las precipitaciones acumuladas fueron de apenas 147 milímetros, un 41% menos que en el mismo período del año pasado y un 39% por debajo del promedio histórico. Con menos de dos meses para que termine el actual año hidrológico, todo indica que2025 será el más seco en cinco décadas.
La escasez de lluvias golpea especialmente a la agricultura, que consume el 90% de los recursos hídricos del país. Morad Kaviani, profesor universitario y pionero de la hidropolítica en Irán, calificó esta situación como“un crimen contra las generaciones futuras”.
En respuesta a la crisis,las autoridades han intensificado las campañas de ahorro.Los parques lucen secos con fuentes apagadas, la mayoría de las piscinas están cerradas y se pide a la población limitar el riego y el uso doméstico.
Las autoridades de Teherán lograronreducir el consumo de agua en un 8%durante el último mes gracias acampañas de concienciación.Sin embargo, Ardakani advirtió que este esfuerzo es insuficiente.
“Si los ciudadanos reducen su consumo en un 20%, podremos superar el momento crítico. De lo contrario, habrá cortes y restricciones más severas”, afirmó el funcionario.
Los expertos advierten que sin cambios radicales en la gestión de recursos, reformas estructurales en la red de distribución e inversiones en tecnologías de ahorro, el país podría entrar en unaespiral de escasez crónica donde cada gota contará.
(Con información de AP)