La mañana de Navidad había comenzado en Necochea con un clima ideal para pasar todo el día en la playa. Pero poco después de las 11:30, una tragedia fue el desmoronamiento completo para dos familias de vecinos de la ciudad costera.
Lucrecia D. P., de 36 años, intentó mover marcha atrás su camioneta Volkswagen Amarok negra sin ver que Ramiro A., de apenas dos años, jugaba en la arena en un punto ciego de los espejos retrovisores. La mujer atropelló al menor y le provocó heridas gravísimas, que causaron su muerte horas después.
El escenario del terror fue el balneario conocido como Médano Blanco, en el parador Karamawi, una zona ubicada al sur de la ciudad de Necochea y a la que acude mucha gente local en busca de escaparle al bullicio y al caos de las playas del centro. Ese balneario posee ciertas particularidades: no suele haber una presencia constante de guardavidas y está habilitado el ingreso a la misma orilla del mar de vehículos 4×4 y de doble tracción.
Por ende, el escenario habitual del lugar es una mezcla de sombrillas, mantas, palas y baldes de plástico, inmensos neumáticos y camionetas de alta gama.
Esa «convivencia» del automotor con los visitantes de la playa no pareció resultar una alarma o un signo de preocupación para la mayor parte de los residentes en la ciudad balnearia. Sin embargo, los minutos posteriores al accidente representaron el horror y la angustia. Al espanto de la imagen de las secuelas del accidente en sí, se sumó el clima de angustia extrema, corridas y gritos desesperados por parte de las dos familias protagonistas.
El niño fue trasladado de inmediato al hospital municipal de Necochea, donde parecía que se lograba estabilizarlo. Sin embargo, debido a la complejidad de las heridas, debió ser derivado al Hospital de Agudos de Mar del Plata. El chico de dos años murió en el camino.
El fiscal de la causa, Guillermo Sabatini, le confirmó a Infobae que la mujer que conducía la camioneta quedó internada en una clínica privada de la ciudad debido a una crisis nerviosa. Sabatini esperaba que recuperara una estabilidad emocional para poder indagarla sobre el accidente.
«Está todo el mundo muy conmocionado en Necochea«, afirmó Sabatini. «No solo por la criaturita, sino por las dos familias en sí. Acá hay dos familias que quedaron destruidas por completo», afirmó.
El fiscal aseguró que, al haberse cumplido recién las primeras 24 horas del accidente, la investigación recién comienza. Por lo pronto, el fiscal busca confirmar si existía un vínculo previo entre la familia de la conductora de la camioneta y la familia de la víctima.
En principio, se cree que una vez que Lucrecia abandone el centro de salud, podrá aguardar en su domicilio el inicio de un juicio. No pesará sobre ella la orden de una prisión preventiva. Por el momento, el fiscal caratuló la causa como «homicidio culposo».
Otro punto por resolver para la fiscalía es determinar con exactitud las leyes, habilitaciones y permisos de acceso para las camionetas 4×4en el balneario Médano Blanco.
«Vamos a pedir a la Municipalidad que nos especifique todos los parámetros respecto a las habilitaciones para la circulación de esos vehículos en el medio de la playa. Desde las velocidades límite, el porte de los vehículos, los modelos y hasta las maniobras que se permiten realizar», dijo Sabatini.
Por su parte, a raíz de la conmoción que se generó en Necochea, varios vecinos comenzaron a protestar contra la presencia de vehículos dentro de la misma playa. A través del sitio Change.org se publicó un pedido de junta de firmas para lograr la prohibición absoluta de entrada de autos y camionetas a la playa.
«No se debe esperar estas tragedias para que las cosas cambien. No se puede estar en la playa y tener el comportamiento como si estuviéramos en medio de la avenida al querer movernos en la misma. ¡La playa es un lugar para descansar y que los niños jueguen, corran, se muevan!», rezó el petitorio.
«Para que no sigan ocurriendo estas desgracias, ayudá con tu firma… esto le puede pasar a cualquiera», completó.
«Es una zona peligrosa. Por eso, será clave poder analizar cuáles son las habilitaciones y en qué contexto se puede desarrollar la normalidad en estos balnearios cuando las playas están tan atestadas de gente, como ocurrió ayer al momento del accidente«, completó Sabatini.
Ramiro, el niño fallecido, tendría un hermano mellizo de su misma edad. Su madre, de 39 años de edad, trabaja para una ferretería local.
El caso del martes en la playa de Necochea recordó la tragedia ocurrida a principios de año en el country Hebraica Pilar. Ese 1º de enero, un hombre arrolló de manera accidental al hijo de un año y nueve meses de uno de sus mejores amigos.
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