En la última sesión del año, en la que habrá un temario repleto de diversas leyes, la Legislatura porteña sancionará una norma que cumplirá un viejo anhelo del macrismo y responderá a un repetido reclamo judicial: la prohibición de los trapitos y los limpiavidrios. Además, los diputados legalizarán el juego online, una medida que ya tomó la Provincia de Buenos Airespero que despertó críticas y hasta quejas de la Iglesia.
En el primer caso, se trata de una reforma integral del Código de Contravenciones, cuya última revisión a fondo se había hecho en 2004, y había incluido violentos incidentes en la puerta de la Legislatura, protagonizados por militantes políticos, vendedores callejeros y otros.
En concreto, se modificará el artículo N° 79. Hoy, el texto plantea que sólo se puede castigar a los cuidacoches si exigen dinero, no si simplemente piden una propina. Así, para probar la contravención hacen falta testigos, videos u otras pruebas, lo que traba la investigación. El resultado es que no hay sanciones a los trapitos, y por eso fiscales y jueces se quejan de que no pueden hacer nada si no se cambia la ley.
A partir de la modificación que se sancionará este mediodía, el simple hecho de ofrecerse para cuidar el auto en la calle será pasible de sanción. Sólo podrán hacerlo aquellos que cuenten con la “tarjeta azul” que otorga la Ciudad a discapacitados, jubilados y otros, a quienes sí autoriza a cuidar autos en algunos lugares.
La sanción económica sería de entre $ 892,5 y $ 5.355, menores que las que se habían planteado en el proyecto original. De todas formas, podrían encarecerse, porque se establecen en Unidades Fijas cuyo valor se actualiza semestralmente de acuerdo al precio de la nafta.
El otro cambio relevante es que las sanciones serán más duras si se prueba que detrás del cuidacoches hay una organización, por ejemplo una barrabrava. También, si el trapito es detectado en los alrededores de un estadio de fútbol, un predio donde se realice un recital o alguno de los parques porteños.
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