“Rara vez un jugador te cuenta cuánto dolor siente y por lo que está pasando”. La frase, pronunciada por el periodista especializadoKeith Pompeiien una reciente intervención enESPN, ha encendido todas las alarmas en torno al futuro deJoel Embiidy su permanencia en losPhiladelphia 76ers. La inquietud no es gratuita: el pívot camerunés, MVP de la NBA en 2023, se encuentra en una encrucijada física y contractual que podría transformar el destino de la franquicia.
A esto se suma la reciente lesión dePaul George, otro de los pilares del equipo, y la incertidumbre sobre la recuperación de la rodilla deEmbiid, quien fue sometido a una cirugía mayor durante la pretemporada.
El historial médico del pívot ha sido motivo de preocupación desde hace tiempo. La lesión de rodilla, que en teoría había sido resuelta, provocó múltiples recaídas durante la última campaña, incluyendo episodios de inflamación que forzaron su baja definitiva antes de los playoffs.
Esta secuencia de problemas físicos llevó aPompeiia sugerir que el tiempo deEmbiiden la NBA podría estar llegando a su fin, una hipótesis que, aunque extrema, no carece de fundamento dada la gravedad de los síntomas y la franqueza con la que el propio jugador ha descrito su dolor.
El escenario contractual añade una capa de complejidad.Embiidtiene garantizados193 millones de dólaresen los próximos tres años, una cifra que hace improbable una retirada inmediata. No obstante, si la recuperación se prolonga y el jugador se ve obligado a ausentarse más de una temporada completa, los76erspodrían solicitar su retiro médico. Esta maniobra permitiría liberar al menos59 millones de dólaresanuales en espacio salarial durante ese periodo, aunque la franquicia seguiría abonando el salario al jugador. El impacto en la planificación deportiva sería considerable, ya que el equipo podría reconfigurar su plantilla sin la carga financiera de uno de los contratos más elevados de la liga.
La posibilidad de queEmbiidno vuelva a disputar un partido oficial resulta difícil de asumir para la directiva y la afición. La previsión más realista, segúnHoopsHabit, es que el pívot permanezca en la plantilla durante los próximos tres años, lo que obligaría a los76ersa convivir con la incertidumbre sobre su estado físico y su aportación en la cancha. Esta situación era previsible para quienes conocían el historial de lesiones del jugador en el momento de firmar la extensión máxima de su contrato, una decisión que ahora se percibe como arriesgada.
El presidente de Operaciones de Baloncesto,Daryl Morey, enfrenta un reto mayúsculo. Incluso si logra desvincularse del contrato deEmbiid, deberá gestionar el acuerdo dePaul George, considerado también uno de los menos favorables de la NBA. Disponer de dos contratos de alto valor y bajo rendimiento representa un obstáculo significativo para la flexibilidad financiera de la franquicia y limita su capacidad de maniobra en el mercado de traspasos y agentes libres.
A pesar de este panorama, los76ersconservan activos valiosos.Tyrese Maxey, junto a los jóvenesJared McCainyV.J. Edgecombe, ofrecen un núcleo prometedor que podría sostener al equipo en el futuro inmediato. No obstante, la coexistencia de estos talentos emergentes con las estrellas veteranas comoEmbiidyGeorgegenera una dualidad temporal que complica la construcción de una identidad competitiva clara.
La organización se enfrenta, segúnHoopsHabit, a un gran problema que podría desembocar en una decisión trascendental para el rumbo de la franquicia. Si las advertencias dePompeiise confirman, los76ersdeberán elegir entre apostar por la recuperación de su jugador franquicia o iniciar una reconstrucción profunda que redefina su proyecto deportivo.