Karácsonyfalva: la comunidad de Transilvania que cultiva la felicidad en comunidad

En el corazón de Transilvania, la comunidad de Karácsonyfalva ha logrado restaurar un sistema ancestral de propiedad comunal de la tierra conocido como Közbirtokosság. Bajo el liderazgo de Orbán Csaba, este pueblo ha mantenido una forma de vida basada en la equidad, la sostenibilidad y la cooperación. Según National Geographic, su experiencia ofrece una visión singular sobre la vida cotidiana en la región, más allá de los mitos populares.

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UN MODELO DE GESTIÓN COMUNAL

El Közbirtokosság es un modelo de gestión comunal que perduró durante siglos en Transilvania. En Karácsonyfalva, este sistema administra recursos naturales clave: agua, bosques y pastizales. Sus 347 accionistas comparten tanto el uso como los beneficios de las 1.093 hectáreas de tierra comunal.

ADAPTACIÓN Y RECUPERACIÓN

De acuerdo con National Geographic, este modelo demostró capacidad de adaptación. Csaba lo resume con una frase directa: “Cuando llega el invierno, todos tienen suficiente leña”. Durante el régimen comunista en Rumanía, el sistema fue desmantelado. Sin embargo, tras la caída del comunismo en 1989, la comunidad inició un largo proceso legal que culminó en 2000 con la restauración del sistema comunal.

RECUPERACIÓN Y MEMORIA COLECTIVA

La recuperación del Közbirtokosság fue posible gracias a documentos que acreditaban la continuidad de la propiedad comunal. Orbán Csaba y otros líderes locales dedicaron años a rastrear archivos, destacando una lista de accionistas de 1936, escrita a mano, que fue decisiva en el proceso judicial. Estos registros representan no solo un respaldo legal, sino también la memoria colectiva de la comunidad. Su recuperación devolvió a los habitantes el control sobre sus recursos y su capacidad de decisión.

VIDA EN COMUNIDAD

La vida en Karácsonyfalva combina autosuficiencia agrícola con una fuerte identidad cultural. Las viviendas, decoradas con portones Székely (Sículos) tallados en madera, se agrupan alrededor de la iglesia unitaria, centro de la comunidad húngara étnica Székely, presente en la región desde hace más de mil años. La agricultura de subsistencia sigue vigente. Se cultivan alimentos y se crían animales en los patios. Entre las festividades, destaca el festival anual de castañas y la matanza del cerdo, un evento colectivo donde los productos se reparten entre vecinos.

DESAFÍOS Y RESILIENCIA

Pese a su fortaleza interna, Karácsonyfalva enfrenta desafíos. El cambio climático alteró los ciclos estacionales, con inviernos más cálidos y veranos con sequías. Además, el resurgimiento de un nacionalismo rumano plantea riesgos para las minorías como la comunidad Székely. Ante estos retos, el modelo comunal liderado por Orbán Csaba ofrece un ejemplo de resiliencia. La gestión de los bosques garantiza el suministro de leña y protege la biodiversidad local, donde aún habitan ciervos, jabalíes y osos, según muestran las cámaras instaladas por vecinos como Öcsi Mátyás.

EQUILIBRIO Y SOSTENIBILIDAD

La propiedad comunal en Karácsonyfalva no es una reliquia, sino una propuesta de equilibrio y sostenibilidad. Kinga-Réka destaca que, aunque sus valores recuerdan al comunismo, son anteriores al régimen. La inquietud por el futuro es compartida, y la preocupación por el legado heredado y el desafío de preservar una forma de vida colectiva en Transilvania plantea interrogantes sobre quién sostendrá estos valores en el futuro.