Japón llevó a cabo la ejecución de Takahiro Shiraishi, conocido como el ‘asesino de Twitter’, tras ser condenado por el homicidio y desmembramiento de nueve personas en 2017. La ejecución por ahorcamiento marcó la primera aplicación de la pena de muerte en el país desde 2022. Shiraishi, de 34 años, contactaba a sus víctimas a través de Twitter, ofreciéndoles ayuda para morir y luego las asesinaba y descuartizaba en su apartamento. El caso ha conmocionado a la opinión pública por la brutalidad de los actos y el uso de redes sociales para capturar a las víctimas.
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NUEVOS INTERROGANTES
De acuerdo con la investigación judicial, Shiraishi almacenaba los cuerpos desmembrados en cajas y neveras portátiles en su domicilio. La policía descubrió la situación después de que el hermano de una de las víctimas identificara una conversación con el acusado en Twitter. La pena de muerte en Japón se aplica por ahorcamiento y es llevada a cabo en secreto, generando críticas por su impacto en la salud mental de los condenados. En Japón, así como en Estados Unidos, la sociedad muestra un alto grado de respaldo a la pena de muerte.
DEBATE ABIERTO
La ejecución de Shiraishi reaviva el debate sobre la pena de muerte, el uso de redes sociales para captar víctimas vulnerables y la necesidad de una mayor vigilancia en línea sobre contenidos relacionados con el suicidio. Esta aplicación de la pena capital ha generado atención por parte de los medios y de organizaciones de derechos humanos, que exigen una mayor transparencia en el sistema penal japonés.
(Con información de EFE y AFP)