Irán financia a Hamas, Hezbollah y los hutíes, ejecutando actos terroristas contra Israel desde Gaza, Líbano y Yemen. El ataque del 7 de octubre de 2023, autorizado por Ali Khamenei, dejó muerte y desolación en territorio israelí, liderado por Hamas con colaboración de Hezbollah y los hutíes. Benjamín Netanyahu encabezó una ofensiva militar en Gaza y Líbano para diezmar a Hamas y Hezbollah, atacando a los hutíes en Yemen. Tras meses de combate, Israel derrotó a Hamas, pero la organización se apalanca en los rehenes secuestrados. En paralelo, Netanyahu avanzó sobre el Líbano para exterminar a Hezbollah, mientras las FDI doblegaron a la cúpula de Hezbollah. En el caso de los hutíes, Israel ordenó ataques aéreos en Yemen. El gabinete de seguridad de Netanyahu puso énfasis en la respuesta que podían tener los ayatollahs con Hamas, Hezbollah y los hutíes, por lo que Israel montó un dispositivo de seguridad e inteligencia, con el apoyo de los Estados Unidos. Satélites de EEUU, drones israelíes, agentes de la Shin Bet y espías del Mossad integran un mecanismo de control y prevención en Gaza, Cisjordania y Líbano. Las fuerzas de seguridad patrullan las calles de Tel Aviv y Jerusalén, se prohibieron las actividades públicas y es muy probable que los centros educativos continúen cerrados. Netanyahu y su círculo más cerrado están alertas tras los recientes ataques de EEUU a instalaciones nucleares en Irán. No obstante, tras los recientes ataques, no se han producido movimientos de represalia por parte de Hamas y Hezbollah, lo que ha llamado la atención de los asesores de Netanyahu. A pesar de que las organizaciones terroristas aún cuentan con cierto poder de fuego, se encuentran en un periodo de relativa calma y prudencia. La ciudad de Jerusalén continúa en silencio, asumiendo que la guerra con los ayatollahs y sus proxies terroristas recién ha comenzado.
Israel en alerta máxima por posibles ataques terroristas de Hamas, Hezbollah y los hutíes
