El Ejército israelí acusó a Irán de utilizar municiones de racimo durante su ofensiva contra territorio israelí, intensificando el conflicto entre ambas naciones. El portavoz militar, general Effie Defrin, denunció el uso de estos proyectiles, cuya prohibición está establecida en más de cien países. Esta acusación se produce en medio de una escalada de ataques cruzados entre Israel y Teherán.
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El jueves, un misil lanzado desde Irán impactó en el hospital Soroka de Beersheba, al sur de Israel, provocando un incendio y dejando 40 personas heridas. El director del hospital, Shlomi Codish, informó daños extensos en el establecimiento. El portavoz del Ejército israelí calificó el ataque como una flagrante violación del derecho internacional y un acto de terrorismo de Estado.
Las críticas desde la comunidad internacional no se hicieron esperar. El Comité Internacional de la Cruz Roja recordó que los hospitales deben ser protegidos según las normas del derecho humanitario, mientras que el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, expresó su preocupación por el uso de civiles como ‘daño colateral’ en las hostilidades.
La situación se agrava con las declaraciones y amenazas de líderes y mandatarios, generando incertidumbre sobre el posible desenlace y la intervención de otras naciones en el conflicto. Mientras tanto, la comunidad internacional busca una solución diplomática para evitar mayores consecuencias.
(Con información de EFE y AFP)