Irán: estrategia nuclear bajo la montaña

Irán ha integrado su sistema defensivo con la geografía montañosa, utilizando terrenos elevados y rocosos para diseminar sus instalaciones nucleares. Las montañas ofrecen protección contra ataques, ocultan la infraestructura y garantizan la continuidad operativa, dificultando los ataques preventivos. El gobierno de Teherán mantiene una política de opacidad en torno a su infraestructura nuclear, agravada por tensiones políticas y la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear. El programa nuclear iraní se encuentra en una zona gris, con un aumento de la autonomía técnica en un contexto regional inestable.

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Tres sitios, una lógica
La distribución geográfica de los tres principales sitios nucleares refleja una misma lógica: una forma de dispersión física con una doctrina de defensa basada en la supervivencia estructural, el ocultamiento y la continuidad operativa. Esta estrategia dificulta la viabilidad de un ataque preventivo rápido y exitoso, como los ejecutados por Israel en el pasado.

Opacidad y tensiones políticas
El gobierno de Teherán mantiene una política de opacidad en torno a su infraestructura nuclear, con restricciones en el acceso y la falta de transparencia. Tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear, Teherán respondió elevando su nivel de enriquecimiento y restringiendo el acceso de los inspectores, dejando el programa nuclear iraní en una zona gris, sin controles efectivos y con un aumento de autonomía técnica.

Agravamiento de la situación
La falta de un nuevo marco de entendimiento ha dejado el programa nuclear iraní en una zona gris, sin controles efectivos y sin garantías firmes, en un contexto regional cada vez más inestable. Esta situación se ha agravado tras la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear, generando un contexto de creciente autonomía técnica en un contexto regional inestable.