El informe presentado por la ONU denuncia que Irán llevó a cabo ejecuciones a un ritmo alarmante el año pasado, con un total de al menos 975 personas ejecutadas. Además, el documento expone otras violaciones de derechos humanos, como obstáculos a la libertad de expresión, uso de tortura y detenciones arbitrarias. La alta comisionada adjunta de derechos humanos, Nada Al-Nashif, instó a Irán a detener todas las ejecuciones como primer paso hacia una prohibición total, y también reclamó negociaciones diplomáticas urgentes para frenar el conflicto en escalada entre Irán e Israel.
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EJECUCIONES MULTIPLES
El informe del secretario general, António Guterres, revela que estas ejecuciones marcan el nivel más alto desde 2015, superando los 834 casos de 2023. Además, reporta que el 52% de las ejecuciones estuvo relacionado con delitos de drogas, el 43% por homicidio, el 2% por delitos sexuales y el 3% por delitos contra la seguridad nacional. También se destaca un incremento en el número de mujeres ejecutadas, especialmente por homicidio en contextos de violencia doméstica, matrimonios forzados o matrimonios infantiles. El informe denuncia que una proporción significativa de las ejecuciones afectó a minorías étnicas, incluyendo prisioneros baluches y kurdos.
VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS
El documento también expone violaciones de derechos humanos tales como torturas, detenciones arbitrarias, procesamiento de periodistas por su trabajo, y juicios que no respetan las garantías del debido proceso ni los estándares de juicios justos. Al-Nashif lamentó que Irán ha denegado el acceso a la misión internacional independiente de investigación sobre Irán, establecida por el Consejo de Derechos Humanos.
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