Invitaron a Bolsonaro al G-20 en Buenos Aires


La posibilidad de que el presidente electo de Brasil , Jair Bolsonaro , realice su primer viaje al exterior a la Argentina aún está abierta. Tras una reunión en el Palacio del Planalto esta tarde, el actual mandatario, Michel Temer , resaltó que había propuesto a Bolsonaro a acompañarlo a la cumbre del G-20 , que se realizará en Buenos Aires los días 30 de noviembre y 1º de diciembre.

«Invité al presidente Bolsonaro, si él pudiera, a hacer viajes conmigo al exterior. Hay algunos viajes programados, mencioné hasta la hipótesis del G-20, que será ahora al final del mes. No sé si él podrá. Le dije que cuando él quiera, podríamos ir juntos al exterior», subrayó Temer en una breve conferencia de prensa tras el encuentro.

Consultado por LA NACION, el equipo de Bolsonaro señaló que aún no hay nada decidido en cuanto a la agenda de viajes internacionales y que evaluará esa opción. La semana pasada, el futuro jefe de Gabinete, Onyx Lorenzoni, había descartado a este diario la posibilidad de participar de la cumbre del G-20, que reunirá a los líderes de las mayores economías del mundo.

Lorenzoni apuntó entonces que Bolsonaro ya se había comprometido a visitar Chile, Estados Unidos e Israel, pero que las fechas no estaban todavía definidas. Recordó que antes de asumir el gobierno, el 1º de enero, el presidente electo deberá someterse a una operación para retirar la bolsa de colostomía que le fue colocada tras el atentado con cuchillo que sufrió el 6 de septiembre. Esa intervención quirúrgica debería ocurrir el 12 de diciembre.

Según destacaron Temer y Bolsonaro, entre ambos hubo un excelente entendimiento para agilizar la transición en el poder. Temer se comprometió a colaborar «intensamente» y le solicitó a Bolsonaro que le indique con qué proyectos legislativos podría ayudar el nuevo gobierno para facilitar el comienzo de la nueva administración.

La prioridad del equipo del mandatario electo es que el Congreso vote de aquí a fin de año la demorada reforma previsional, cuyo objetivo es reducir el creciente déficit fiscal brasileño. Su aprobación podría dar un fuerte impulso a la economía brasileña a través de la recuperación de la confianza de los mercados e inversores internacionales.