Diego Armando Maradona fue internado esta tarde en el sanatorio Ipensa de la ciudad de La Plata, a la que fue acompañado por su médico personal, Leopoldo Luque. La decisión se produce a tres días de la última imagen pública del “10”, aquella del viernes pasado -justo el día de su cumpleaños número 60-, que dejó preocupados a todos por su deteriorado estado de salud.
Ese día, en la previa de Gimnasia-Patronato se realizó en el “Bosque” un homenaje a Maradona, que incluyó fuegos artificiales, placas y saludos, entre otros, de Claudio “Chiqui” Tapia y Marcelo Tinelli. Pero la imagen que quedó en la retina de todos, tanto de los presentes como de los televidentes, era la de un Maradona frágil, con dificultades para caminar y hablar.
Frente a esto -una situación que su entorno viene percibiendo desde hace un tiempo-, el doctor Luque recomendó ingresarlo en un centro médico.
PlayEl homenaje a Maradona en el «Bosque» que generó preocupación por su deteriorado estado de salud
El director técnico de Gimnasia venía de una semana difícil, en la que estuvo aislado de todo sus allegados luego de que un integrante del equipo que lo rodea (un custodio) resultó un caso sospechoso de coronavirus. Finalmente, el hisopado dio negativo, pero la soledad repercutió en el estado de ánimo del Diez, justo en el umbral de su cumpleaños N° 60.
Quienes están cerca del astro notaban a Diego “bajoneado” y aseguran que incluso estaba comiendo menos. Además, exhibía algunos síntomas de ansiedad, por lo que para concurrir al estadio de Gimnasia el pasado viernes tomó una dosis superior de la medicación prescripta para su cuadro. Por eso la imagen que dejó entonces generó preocupación en su círculo íntimo.
“Pelusa” se retiró del “Bosque” antes del inicio del cotejo que los Triperos ganaron 3-0: lo vio por TV desde su hogar y luego se retiró a dormir, sin cenar. Su abogado, Matías Morla, al advertir los síntomas descriptos le recomendó no concurrir al partido de Gimnasia, pero el Diez insistió en no faltar al homenaje.
Esta tarde, se dio una nueva discusión entre el apoderado del ex capitán de la Selección y el entrenador, que derivó en la internación. Vale recordar que Diego había caído en un cuadro de depresión en el mes de junio, mientras se encontraba cumpliendo con la cuarentena por la pandemia. Ante los problemas familiares, la imposibilidad de trabajar, y sus problemas de movilidad, el ánimo del ex futbolista no era el mejor y de tanto en tanto incurría en mezclar la medicación con alcohol.
Fue entonces que volvió a aparecer en escena Leopoldo Luque, su médico, quien lo convenció de encarar una rutina para lograr una mejor forma física y llegar a punto para el regreso oficial del fútbol. Así, se abocó al plan “Maradona fitness”, gracias al cual había bajado más de 12 kilos y hasta había vuelto a patear una pelota.
Pero en las últimas semanas su ánimo decayó. Y la preocupación en su entorno decantó en esta internación. Por lo pronto, se encuentra estable y se espera el primer parte médico de parte de Leopoldo Luque. Mientras tanto, Sebastián Méndez y Adrián González, sus ayudantes de campo, continuarán al frente del plantel del Lobo pensando en los compromisos por la Copa de la Liga Profesional… Hasta que Maradona esté nuevamente apto para sentarse en el banco de suplentes.
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