Especialistas indicaron que no ven una recuperación en 2019. Además, aseguran que no tocó el piso.
La industria sufre una dura crisis en nuestro país y esto se ve reflejado claramente en los números del desempleo en el sector: se perdieron 100.000 puestos registrados en el sector desde el 2015 y se convirtió en la peor de los últimos veinte años, con una dinámica que la lleva a parecerse a la que atravesó el país entre 1998 y 2002.
El Estimador Mensual Industrial (EMI) marcó una baja del 11,5% interanual en octubre y un deterioro de las expectativas de los empresarios en lo que respecta al empleo y el volumen de ventas que esperan para los próximos meses.
El año 2017 el rubro fabril mostró una recuperación magra de apenas 1,8%, una mejora que ya se evaporó con la contracción del 2,1% de lo que va del 2018, que se inició en mayo con la corrida cambiaria.
El rebote de 2017 no se reflejó en los puestos de trabajo porque los sectores que traccionaron fueron la construcción y el agropecuario, que son intensivos en capital y no en mano de obra. Se trata de dos motores que se apagaron este año por el recorte en la obra pública, el parate del sector privado y la sequía.
En cuanto a las perspectivas para el 2019, especialistas plantearon que «no vemos ninguna recuperación, en todo caso caerá menos» ya que la tracción podría provenir del agro o actividades vinculadas a las exportaciones a Brasil, pero no de las que están ligadas al mercado interno, duramente golpeado por el deterioro del poder adquisitivo.
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