Las autoridades informaron el domingo del hallazgo de dos muertos en un vehículo, víctimas del “Woolsey Fire”, lo que aumenta a 31 los fallecidos por los fuegos en California.
Un periodista de la AFP vio también cómo autoridades transportaban dos cuerpos en bolsas mortuorias azules cerca de Paradise, en el condado de Butte, por lo que todo hace indicar que la cifra de fallecidos puede aumentar.
“Camp Fire” tiene el triste honor de igualar al desastre de Griffith Park, en Los Ángeles, ocurrido en 1933 y hasta la fecha el incendio más mortífero de las historia de la región, según el departamento de bomberos de California (Cal Fire).
En tanto, los bomberos que luchan en el sur contra “Woolsey Fire” “se preparan para la llegada de los peligrosos vientos de Santa Ana (secos y cálidos provenientes de tierra adentro) que podrían extender las llamas”, advirtieron las autoridades.
“Hoy tenemos más de 8.000 bomberos federales, estatales y locales en las líneas del frente”, dijo Scott Jalbert, responsable de Cal Fire, en conferencia de prensa. “Desafortunadamente, con estos vientos, no ha terminado, así que tengan cuidado”, agregó.
El más destructor
Alimentado por los vientos, el “Camp Fire” se ha convertido en el incendio más destructor jamás registrado en California, con más de 67.000 inmuebles destrozados, entre ellos un hospital, en Paradise, una ciudad de 27.000 habitantes.
El incendio ha arrasado 45.000 hectáreas y solo se ha podido contener un 25%, informó Cal Fire, que estimó que se necesitarán tres semanas para controlarlo totalmente.