El Tour de France, en su etapa 17 y con la meta final prevista para el 27 de julio en París, ha reforzado la importancia del uso de silbatos en la seguridad de la carrera. A diferencia de otras competencias, los ciclistas pueden enfrentar kilómetros adicionales después de la meta, descendiendo por carreteras abiertas al tráfico, donde entran en juego los silbatos utilizados por el personal de los equipos. Estos silbatos funcionan como protección, abriendo pasillos entre espectadores y advirtiendo sobre vehículos distraídos. La necesidad de estos silbatos se evidenció en jornadas recientes, donde la vuelta a los autobuses implicaba recorridos llenos de riesgos. La organización del Tour recurre a esta medida simple pero vital para proteger a los ciclistas, incluso después de culminada la etapa, en un escenario de máxima exigencia y visibilidad mundial.
#TourdeFrance #silbatos #seguridad
INVESTIGACIÓN EN CURSO
La figura de los auxiliares de los equipos equipados con silbatos resulta fundamental en el descenso de los ciclistas, abriendo camino entre la multitud. El uso del silbato se convierte en un desafío de coordinación y alerta ante la posible irrupción de vehículos o peatones en la ruta. En jornadas recientes, los autobuses estuvieron lejos de la línea de meta, implicando que los ciclistas debían regresar en bicicleta por carreteras sin protección y entre la multitud, en una doble prueba de concentración y reflejos. Ante finales tensos y caóticos, como el de una etapa reciente, el silbato resulta vital para proteger a los ciclistas en un escenario de alta visibilidad mundial.