La República Democrática del Congo y Ruanda firmaron un acuerdo de paz, con la mediación de Estados Unidos, con el objetivo de poner fin a décadas de mortíferos conflictos en el este del Congo y brindar acceso a minerales críticos a empresas estadounidenses. El pacto incluye disposiciones sobre la protección de la integridad territorial, la prohibición de hostilidades y medidas concretas de desmovilización, desarme e integración condicional de grupos armados no estatales. Se establecen mecanismos de verificación y seguimiento para prevenir incursiones transfronterizas y el resurgimiento de la violencia, tradicionalmente alimentada por disputas étnicas y el control de los ricos yacimientos minerales de la región.
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INTEGRIDAD TERRITORIAL Y DESMOVILIZACIÓN
La ministra de Relaciones Exteriores del Congo, Therese Kayikwamba Wagner, celebró la noticia y manifestó la importancia de respetar este acuerdo, en vista del historial de acuerdos previos fracasados y el impacto profundo y sostenido de las hostilidades en la región. Por su parte, Nduhungirehe, canciller ruandés, destacó el potencial positivo de esta cooperación y la incertidumbre que enfrenta la región. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, enfatizó en las aspiraciones de paz de los pueblos afectados por el conflicto y en los intereses internacionales involucrados en la estabilidad regional y el acceso a los recursos estratégicos.
INTERESES INTERNACIONALES Y APOYO DE ESTADOS UNIDOS
El presidente Donald Trump destacó la importancia de su intervención y la obtención de derechos minerales del Congo para Estados Unidos, con referencia al acceso a minerales críticos para sectores tecnológicos clave. Durante las negociaciones, la participación de Qatar también resultó clave, ofreciendo respaldo logístico y político para acercar las posiciones de las partes enfrentadas, a petición de la Casa Blanca y otras entidades internacionales.