Hambruna en Gaza: impactante testimonio de una enfermera en primera línea

La enfermera Daniela de Oliveira Mota, gerente de actividades de enfermería de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Ciudad de Gaza, describe la grave situación que enfrenta Gaza en medio de la hambruna provocada. En el centro sanitario donde trabaja, atiende a más de 1.000 pacientes por desnutrición, pero reconoce que estas cifras son solo la punta del iceberg debido a las limitaciones de suministros y personal.

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CADA SEMANA LOS NÚMEROS SON MAYORES

De Oliveira Mota explica que, antes del 7 de octubre, prácticamente no existía desnutrición aguda en Gaza, pero ahora atiende a un elevado número de pacientes, incluyendo niños, mujeres embarazadas y lactantes. La desnutrición infantil se ha convertido en una epidemia y afecta incluso a los niños menores de seis meses, cuya desnutrición comienza durante el embarazo. Los datos oficiales confirman la gravedad de la situación, con más de 100 ONG advirtiendo de una ‘hambruna masiva’ en Gaza.

La enfermera relata el caso de un bebé de 40 días cuyo padre murió en la guerra, la madre lo abandonó y el anciano que lo cuidaba no conseguía fórmula láctea para alimentarlo. También menciona el bloqueo total impuesto por Israel que prohibió el ingreso de alimentos, agua, medicamentos y otros suministros básicos, empeorando la situación. De Oliveira Mota destaca la intencionalidad del bloqueo y la dificultad para obtener suministros vitales.

La distribución de ayuda se ha convertido en otra fuente de sufrimiento, con personas resultando heridas o muertas durante la entrega de alimentos. Los cortes eléctricos también agravan la situación, con centros médicos funcionando con generadores durante pocas horas debido a la escasez de combustible. Además, el hambre afecta incluso a los trabajadores sanitarios, muchos de los cuales han tenido que trabajar sin comer.

La enfermera enfrenta a diario el dolor de no poder ofrecer respuestas completas a madres desesperadas que buscan suplementos para sus bebés desnutridos. Para ella, la situación no tiene precedentes y la población civil sufre mucho, careciendo de comida, seguridad y una vida normal. Su llamado es claro: abrir las fronteras y permitir el acceso humanitario sin restricciones.