El hallazgo fue confirmado por su hermana Claudia; la joven había sido secuestrada en 1976 y arrojada al Pozo de Vargas, símbolo del horror de la dictadura.
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Impactante descubrimiento en la búsqueda de los desaparecidos de la dictadura militar: los restos de Aída Inés Villegas, psicóloga catamarqueña desaparecida desde 1976, fueron identificados en el Pozo de Vargas, en Tucumán. La noticia fue confirmada por su hermana Claudia Villegas a través de redes sociales.
«En este Pozo del horror tiraron a mi hermana Aída en noviembre del 76», escribió Claudia, emocionada y dolida. La mujer destacó el trabajo de los equipos forenses: «Ayer, con el respeto, el trabajo y el compromiso de los que trabajan en recuperar a nuestros hermanos, fui avisada que encontraron a mi hermana.»
En un emotivo mensaje, Claudia expresó: «Aidita vuelve, la cubriré con besos, le contaré lo que pasó durante estos años en el país por el que entregó su vida… que aún no logramos sentar a los niños en la mesa familiar para desayunar, almorzar y cenar.»
Secuestro y destino final
Aída Villegas nació el 22 de julio de 1954 en Catamarca. Hizo la primaria en la Escuela Rivadavia y la secundaria en la Escuela Normal Clara J. Armstrong, para luego mudarse a Tucumán donde se recibió de psicóloga.
El 2 de noviembre de 1976, entre las 14:30 y las 15 horas, fue secuestrada por un grupo armado en su domicilio en la capital tucumana, donde vivía con su abuela y hermanos. Jorge Villegas, otro de sus hermanos, también fue secuestrado en julio de 1977 desde la misma casa. Ambos permanecieron desaparecidos por décadas.
El reciente hallazgo confirma que Aída, tras sufrir largas sesiones de tortura, fue finalmente asesinada y enterrada clandestinamente en el Pozo de Vargas, uno de los sitios más oscuros y emblemáticos del terrorismo de Estado en la región.
Un símbolo de la memoria en Catamarca
Este hallazgo reabre heridas pero también refuerza la lucha por la memoria, verdad y justicia en Catamarca y todo el país. La historia de Aída Villegas, como la de tantos otros desaparecidos, sigue marcando a la comunidad catamarqueña y renovando el reclamo contra la impunidad.