El Gobierno español mantiene su vínculo con empresas chinas, como Hikvision y Huawei, a pesar de las advertencias internacionales sobre la seguridad nacional. La instalación de cámaras de videovigilancia de Hikvision en instalaciones clave como La Moncloa ha encendido alarmas. Más de 40 cámaras de esta empresa vigilan el perímetro presidencial, generando preocupaciones sobre posibles riesgos a la seguridad nacional.
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Mientras países como EEUU, Reino Unido, Australia y la Unión Europea han vetado a Hikvision, el gobierno de Pedro Sánchez formalizó una licitación para actualizar el sistema de videovigilancia de Moncloa con tecnología de esta empresa. Estas acciones han provocado inquietud por la dependencia tecnológica de China y preocupación sobre posibles riesgos de espionaje en investigaciones policiales y de inteligencia. La adjudicación de contratos a Huawei también ha generado preocupación en el ámbito de la interceptación de escuchas policiales, tanto a nivel nacional como por parte de aliados transatlánticos de España. A pesar de las negaciones de las empresas y el Gobierno chino, las advertencias persisten sobre la posible implicación en espionaje y violaciones a la seguridad nacional.