Una fuerte denuncia de desalojo arbitrario sacude la tranquilidad de los vecinos de avenida México Oeste, en las inmediaciones del camino al Dique El Jumeal. La familia Quiroga-Carrión, que habita esa zona desde hace más de 50 años, fue sacada por la fuerza durante la noche del pasado viernes, en un operativo encabezado por la policía y ordenado por la fiscalía.
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Según contaron a El Esquiú Play, el terreno en cuestión forma parte de una prescripción adquisitiva en trámite iniciada por Andrés Carrión, hijo de Estela Quiroga, quienes aseguran tener todos los papeles, mensuras y pagos de impuestos al día. La familia denuncia que nunca antes se había presentado un reclamo por esas tierras, y que el operativo se realizó “sin aviso, de noche y con violencia”, afectando a niños, animales y pertenencias.
El fiscal Costilla nos había asegurado que no iban a sacarnos, que podíamos estar tranquilos. Pero el viernes entraron sin dar tiempo a nada, con luces apagadas y hasta con amenazas, relató Estela entre lágrimas. La casa fue demolida, los animales quedaron encerrados, y ahora viven en la casa de su madre, esperando justicia.
En el predio ya no hay rastro de la construcción. Todo fue arrasado. Esto fue una maniobra sucia, premeditada, lo hicieron justo un viernes para que no haya actividad judicial durante el fin de semana, denunció la familia.
Según su relato, tras ser expulsados, vieron ingresar una máquina retroexcavadora y un camión aparentemente de la Municipalidad de la Capital, quienes se encargaron de tirar abajo la vivienda y limpiar el terreno, todo en plena oscuridad.
La familia asegura que va a ir hasta las últimas consecuencias. Iniciaron acciones legales contra el juez Vaccaroni, el fiscal Hugo Costilla y los abogados que reclaman la propiedad, a quienes tildan de “delincuentes de saco y corbata”. Piden que se les permita volver al terreno hasta que la justicia resuelva, y exigen la reconstrucción de la vivienda y la reparación del daño psicológico a sus hijos menores.
Mientras tanto, los vecinos del lugar, que conocen la historia y acompañan el reclamo, se solidarizan con la familia y advierten que esto no es un caso aislado, sino parte de un proceso de avance inmobiliario sobre tierras habitadas históricamente por familias humildes.
Nosotros dimos paso a la apertura de esta avenida, vivimos acá tres generaciones. No somos usurpadores, somos parte de este barrio desde siempre, cerró Estela.