A unos 90 kilómetros al suroeste de Teherán, cerca de la ciudad santa de Qom, yaciendo bajo una montaña endurecida por siglos de presión geológica, se encuentra Fordow, la planta de enriquecimiento de uranio más inaccesible del programa nuclear iraní. Descubre su diseño defensivo, sus actividades y su papel transformador en Oriente Medio.
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DISEÑO DEFENSIVO
Fordow está enterrada a ochenta metros de profundidad, protegida por roca sólida y capas de concreto armado. Sus salas de centrifugación, selladas en el interior de la montaña, fueron concebidas para resistir un ataque aéreo directo. Ninguna bomba convencional del arsenal israelí tiene capacidad para penetrar tanta profundidad.
ACTIVIDADES
Después de un ataque en 2021 contra la planta de Natanz, Irán aceleró sus operaciones en Fordow, enriqueciendo uranio al 60 %, un nivel muy por encima del umbral permitido para fines civiles. Según el Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS), Fordow podría producir 25 kilogramos de uranio apto para armas en apenas dos o tres días.
TRANSFORMACIÓN EN ORIENTE MEDIO
La sola existencia de Fordow transforma el equilibrio de poder en Medio Oriente. Aún más, Irán construye en secreto una nueva instalación aún más profunda y mejor protegida a pocos kilómetros de Natanz: la montaña Pickaxe. La historia de Fordow es la de un equilibrio frágil que desafía tanto los límites de la diplomacia como los de la guerra. Si alguna vez Irán decidiera avanzar hacia una bomba nuclear, sería probablemente aquí donde comenzaría.