En las profundidades de una montaña cerca de Teherán y al resguardo de varias capas de roca y concreto, se encuentra Fordow, la planta de enriquecimiento de uranio más impenetrable del programa nuclear iraní. Descubre cómo ha desafiado la diplomacia y resistido los embates de la guerra, convirtiéndose en un bastión estratégico crucial para Irán.
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UNA FORTALEZA SUBTERRÁNEA
Ubicada a 80 metros bajo tierra, Fordow fue diseñada para resistir ataques aéreos directos, convirtiéndola en un objetivo prácticamente inalcanzable. Tras el retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015, Irán aceleró sus operaciones en Fordow, aumentando el enriquecimiento de uranio a niveles muy por encima de lo permitido para fines civiles.
DEFENSAS Y RESPUESTA
La planta cuenta con sistemas de defensa aérea de fabricación rusa y protocolos de emergencia para contener fugas radiactivas. Incluso ante un ataque directo, la liberación de material radiactivo se considera poco probable, gracias a la ubicación subterránea y las estrictas medidas de seguridad implementadas.
FUTURO INCERTIDUMBRE
Mientras Fordow continúa operando en silencio, la construcción de una instalación aún más profunda y protegida, conocida como la Montaña Pickaxe, plantea nuevas preocupaciones sobre las intenciones de Irán en el terreno nuclear. Con su existencia transformando el equilibrio de poder en Medio Oriente, Fordow representa un desafío considerable para la comunidad internacional.