En la noche del viernes 7 de diciembre, último día de la novena en honor a la Virgen del Valle, rindieron su homenaje las familias, en vísperas de la Fiesta de la Inmaculada Concepción.
La celebración fue presidida por Mons. Roberto Rodríguez, Obispo Emérito de La Rioja, y concelebrada por sacerdotes del clero local, en el Paseo de la Fe, que fue colmado por una gran cantidad de fieles y peregrinos que continuaban llegando a venerar a la Madre Morenita.
En su mensaje, Mons. Rodríguez resaltó que “la familia es la base fundamental de la sociedad, incluso anterior al mismo Estado, donde padre, madre e hijos constituyen lo que decían los antiguos: la pequeña Iglesia”.
“Cuando hay crisis tenemos que volver a los principios, debemos hacer una reflexión radical, lo cual significa ir a las raíces de nuestra concepción de familia para ver el fundamento”, afirmó, agregando que “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, los creó varón y mujer, y les dijo que sean fecundos y llenen la tierra. Dios ha querido sellar lo que la cultura de todos los tiempos llama familia, que es una realidad natural”.
Dio gracias a Dios “por el evangelio de la familia, que debe llenar de alegría nuestros corazones. Y al mismo tiempo debemos reflexionar cómo van creciendo nuestras familias, sobre todo en la vocación de las nuevas generaciones”, afirmó.
En otro tramo dijo que “ustedes deben educar a los jóvenes para que vayan descubriendo en sus vidas, en sus acciones, el bien, la verdad y la belleza, y así, en torno a esas tres realidades, la familia puede crecer e ir por buen camino”.
“Hoy consagramos a Nuestra Madre, bajo la advocación de Nuestra Señora del Valle, a las familias, y consagramos el caminar de los peregrinos para que aprendamos que todo caminar puede servirnos como ocasión de crecimiento y renovación de nuestras vidas”, manifestó.
Durante la ceremonia se renovaron las promesas matrimoniales y se bendijo a las embarazadas, al igual que las candelas.
Procesión de antorchas y serenata
Luego de la celebración eucarística se realizó la procesión de antorchas con la Imagen de la Virgen del Valle, que partió desde el Paseo de la Fe y se desplazó alrededor de la plaza 25 de Mayo, elevando plegarias y cantando como expresión de amor y gratitud a la Virgen Morenita. Al arribar frente al Santuario Mariano se impartió la bendición a los participantes.
Una vez finalizada esta manifestación pública de fe, con la participación de gran cantidad de peregrinos, dio inicio la Serenata a la Virgen, como tributo de los músicos locales y de provincias vecinas.
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