Festival de la Partición del Mar de Jindo: entre leyendas y ciencia

Cada año, en el extremo sur de la península de Corea, tiene lugar un evento natural que atrae a cientos de miles de personas, tanto locales como turistas nacionales y extranjeros: la partición del mar de Jindo. Este fenómeno se manifiesta cuando el mar se abre lo suficiente como para dejar visible y transitable una franja de tierra, de unos 2,9 kilómetros de longitud, que conecta la isla de Jindo con la isla vecina de Modo.

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El suceso, que solo dura alrededor de una hora en su momento más álgido, permite que los visitantes crucen caminando de un lado al otro, mientras que los habitantes de la región aprovechan para buscar almejas y recolectar algas en la zona expuesta.

Según National Geographic, este evento ocurre entre dos y tres veces al año, generalmente entre los meses de marzo y junio.

INFLUENCIA DE LAS MAREAS

La partición del mar en Jindo se debe a las armónicas de marea, distintos factores que influyen sobre los ciclos de las mareas. Estas fuerzas originadas por las armónicas de marea se alinean, generando una marea excepcionalmente baja que deja expuesto el suelo marino entre las islas, formando así el característico camino transitable.

EL CAMINO REVELA LA DINÁMICA DE LAS AGUAS

El camino que emerge durante la partición del mar en Jindo tiene una extensión de aproximadamente 2,9 kilómetros y un ancho que varía entre 40 y 60 metros. Esta franja de tierra, que aparece durante el momento de marea más baja, representa no solo una curiosidad natural, sino también un entorno único donde se combina la geografía local con los procesos sedimentarios.

EN EL MAR DE JINDO

Durante la hora en la que el camino permanece accesible, se observan comportamientos diversos: muchos visitantes lo recorren caminando hasta la isla de Modo, mientras que los habitantes aprovechan para recolectar productos del mar, en especial almejas y algas que quedan al descubierto. El entorno que queda expuesto es rico en biodiversidad y resultante de las condiciones de calma y sedimentación que, año tras año, mantienen la forma y funcionalidad de este atajo natural.

IMPACTO INTERNACIONAL Y RAÍCES MITOLÓGICAS

En 1975, el evento adquirió notoriedad internacional gracias al entonces embajador de Francia en Corea del Sur, Pierre Landy, al presenciar el fenómeno, lo describió en un periódico francés como la versión coreana del milagro bíblico de Moisés, ayundando a posicionar a Jindo como un destino turístico en el sur de Corea. Más allá de las explicaciones científicas y de su repercusión internacional, el fenómeno del mar de Jindo está profundamente arraigado en la mitología y la tradición local, con una leyenda que involucra a una anciana llamada Bbyong y una manada de tigres, brindándole un componente mágico y emocional.