Fernández llamó a poner al progresismo de pie en Latinoamérica para neutralizar la herencia de Trump

El presidente Alberto Fernández llamó hoy a profundizar la institucionalidad del progresismo en América latina y a alzar la voz en contra de los bloqueos económicos en tiempos de coronavirus, a partir del convencimiento de que el continente está «signado por la desunión» promovida por el expresidente estadounidense Donald Trump y el accionar de la OEA como «una suerte de escuadrón de gendarmería» sobre los gobiernos populares.

Fernández disertó hoy en forma virtual en el encuentro por el Segundo Aniversario del Grupo de Puebla, bajo el título «Democracia, integración y justicia social en Latinoamérica», en una jornada que tuvo como oradores a referentes de 16 naciones, como el expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero; al exmandatario de Ecuador, Rafael Correa; y al dirigente político chileno Marco Antonio Enríquez-Ominami, entre otros.

En su disertación, el Presidente hizo un repaso sobre la situación del progresismo en Latinoamérica en los años en los que fue perdiendo lugares en los gobiernos de la región, donde -en paralelo- fue ganando terreno el «conservadurismo», a instancias de la influencia de Trump en el continente.

«Trump imponía su política sobre América latina y eso explica muchas cosas que pasaron; eso explica la OEA que tenemos, explica el BID que tenemos, la división que tenemos, el nacimiento del Grupo de Lima, del Foro Prosur; todos mecanismos que servían a la política de Trump y no servían a la unidad de América latina ni al desarrollo ni al progreso de los latinoamericanos», reflexionó Fernández.

Ante este retroceso, el mandatario argentino convocó a los integrantes del Grupo de Puebla a profundizar e institucionalizar la unidad regional, a través de instrumentos como la Celac, porque -advirtió- «la OEA tal como está no sirve».

«El primero que tiene que hacer su mea culpa es su secretario general (Luis) Almagro por la cantidad de cosas que ha hecho y también la institucionalidad de los Estados Unidos por haber propuesto y sostenido a un hombre como Almagro», opinó.

Consideró que «los años de Trump» hicieron que la organización «no fuera un lugar de encuentro para América latina», sino más bien «una suerte de escuadrón de gendarmería para avanzar sobre los gobiernos populares» de la región.

«Lo que la OEA ha hecho en Bolivia necesariamente debe ser investigado y necesariamente debe ser juzgado porque ahora no caben dudas de lo que pasó», remarcó Fernández, quien se refirió así a cómo «se impidió» la consagración como Presidente de Evo Morales, primero, y el golpe de Estado cometido después, en 2019.

El Grupo de Puebla, entonces, en la mirada del jefe de Estado, «aporta a un debate muy sustancioso» en el objetivo de «encontrar caminos alternativos» para que América latina logre «salir adelante» y sacarse el «triste estigma» de ser el continente «más desigual» del mundo.

«Las políticas de los últimos años profundizaron esa desigualdad y además vino la pandemia y quedó más en evidencia esa desigualdad», planteó Fernández, quien reivindicó la «importancia del Estado» y el valor de darle sustento al carácter público de la salud y de la educación.

«Es imprescindible que la educación sea pública y gratuita para el progreso de nuestras sociedades; en Argentina tuvimos un presidente que distinguía a quienes tenían la suerte de estudiar en la educación privada, de los que tenían la desgracia de caer en la educación pública», reflexionó y aludió, aunque sin nombrarlo, a Mauricio Macri.

Marcó, en esa línea, que «la pandemia enseñó la trascendencia del Estado» porque -dijo- «es el mayor garante de la solidaridad» y graficó: «Si el Estado no arbitra y pone igualdad donde la igualdad no existe, ningún mercado promueve la igualdad».

El Presidente describió el contexto regional para renovar su certeza de que los países deben «unirse» para lograr mejores renegociaciones de sus «deudas», un problema que -pronosticó- impactará a nivel global.

«En el mundo de la pospandemia, el FMI decidió disponer 50 mil millones de dólares para atender las necesidades de los países más pobres del mundo; a la Argentina de Macri le prestó 57 mil millones; eso me exime de todo comentario de explicar por qué el Gobierno de Trump respaldó que el Fondo dé ese crédito», advirtió Fernández e ironizó: «En nuestro país decimos que Trump pagó la campaña electoral más cara del mundo».

En otro orden, el Presidente planteó que América latina tiene la «obligación moral» y el «deber ético» de alzarse frente a los bloqueos económicos que pesan sobre Cuba y Venezuela en tiempos de pandemia de coronavirus y evaluó que los Estados, por una cuestión «humanitaria», no pueden «quedarse callados» ante esas situaciones.

«Los bloqueos deberían avergonzar a quienes los promueven y en América latina hay 2 bloqueos que se sostienen en medio de la pandemia que privan a los pueblos, ya no sólo de alimentos, ya no sólo de insumos para que la industria produzca, sino de insumos médicos, de respiradores y de lo elemental para hacer frente a la pandemia; humanitariamente nosotros no podemos quedarnos callados», expresó.

Pidió al resto de los miembros del Grupo de Puebla poner en alto las «ideas, las convicciones» para llevar estos debates «a todas las sociedades» de la región.

«Ser progresista no es tampoco sólo distribuir riqueza de un modo más igualitario, eso sí, pero también es garantizar la igualdad de género, terminar cualquier tipo de discriminación, es promover la unidad del continente en un tiempo en el que el mundo se regionaliza; todas esas son deudas que tenemos en nuestras sociedades», concluyó Fernández.