Tras una serie de intensas reuniones, Estados Unidos y la Unión Europea alcanzaron un acuerdo comercial que ha sido calificado como positivo por ambas partes. El presidente Donald Trump anunció el pacto tras conversaciones con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su complejo de golf en Turnberry, Escocia. Según lo informado, la UE se comprometió a realizar compras de energía por 750.000 millones de dólares y a invertir 600.000 millones adicionales en Estados Unidos. Este acuerdo desactiva la amenaza de Washington de aplicar aranceles generalizados a las exportaciones europeas. Aunque no se han publicado los detalles económicos del acuerdo, se espera que brinde estabilidad y previsibilidad a ambas economías.
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El anuncio se produce en un contexto en el que Estados Unidos mantenía una posible imposición de aranceles a partir del 1 de agosto. Sin embargo, con la firma de este acuerdo, la tensión se ha reducido, y se espera que las relaciones comerciales entre ambas partes se fortalezcan. A pesar de esto, se mantiene la fecha límite del 1 de agosto para la entrada en vigor de los nuevos aranceles, aunque se insinúa la posibilidad de negociaciones futuras incluso después de esa fecha. Se espera que este acuerdo siente un precedente para futuras negociaciones comerciales internacionales bajo los términos estadounidenses.