El médico Jan Karbaat, una vez respetado especialista en fertilidad en los Países Bajos, utilizó su propia muestra de esperma en lugar de la de donantes anónimos, engendrando al menos 49 hijos de sus pacientes. A lo largo de décadas, prometió a las mujeres utilizar esperma de donantes compatibles, pero manipulaba los procedimientos y la documentación para ocultar su engaño.
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PIONERO DECEPCIONANTE
Inicialmente considerado un pionero de apertura y diversidad familiar, Karbaat desvió su actitud hacia prácticas engañosas y secretas. Prometía a las pacientes el uso de esperma de donante anónimo, elegido especialmente para ellas, pero en realidad usaba su propia muestra. Además, su comportamiento narcisista y abusivo dejó traumatizadas a muchas mujeres que acudieron a su clínica en busca de ayuda para concebir.
REVELACIÓN PROGRESIVA
La magnitud del engaño de Karbaat solo se hizo evidente cuando las víctimas, ya adultas, comenzaron a sospechar sobre su origen. Al confrontar al médico, este admitió su paternidad, sin demostrar ningún remordimiento. Tras su muerte, pruebas de ADN confirmaron que había engendrado al menos 49 hijos con su propia muestra de esperma, desatando un escándalo que llevó al cierre de su clínica y a batallas legales para acceder a información genética fidedigna.
DERECHO A LA VERDAD
A pesar de la oposición de la viuda y herederos de Karbaat, un tribunal holandés determinó que el derecho de los posibles hijos a conocer su origen biológico primaba sobre la privacidad del difunto. Pruebas de ADN confirmaron con alta certeza que al menos 49 hijos fueron engendrados con la muestra de Karbaat, revelando la naturaleza engañosa de sus prácticas en la clínica de fertilidad.