El Flamengo atraviesa una crisis interna tras la polémica por la filtración del estado físico de Nicolás De La Cruz y el despido del jefe del departamento médico, José Luiz Runco. Las declaraciones generaron malestar entre la dirigencia, el plantel y el entorno de De La Cruz, profundizando tensiones internas. La drástica decisión de despedir a Runco, ocurrida apenas un día después de la filtración, refleja la magnitud del escándalo.
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La información, surgida de un mensaje de Runco en un grupo de WhatsApp, desató una ola de críticas. La junta directiva del club se desvinculó de las declaraciones de Runco y enfatizó que el cuidado de los futbolistas está a cargo de un grupo reconocido de médicos y radiólogos, deslindando responsabilidades sobre lo filtrado.
Tensiones en el plantel se reflejaron en las acciones de los jugadores. Varios optaron por tratamientos personalizados fuera del club y criticaron la reestructuración del sector médico implementada tras la llegada de Runco. El entorno de De La Cruz consideró “poco ética” la conducta de Runco y evalúa emprender acciones legales por la exposición pública de la salud del futbolista.
El club recalcó que no hará comentarios sobre especulaciones y se enfocará exclusivamente en los objetivos deportivos, resguardando la salud de sus atletas a través de un cuerpo médico renovado.